El fuego debe estar dentro del árbol
para que el árbol pueda dar a luz.
Si el fuego no estuviera ya en el árbol
¿arderían las ramas que frotamos?
Khuong Viet, 930-1011
Cuando mi hijo mayor cumplió 4 años lo llevé en el verano a la piscina municipal para que aprenda a nadar, pero el monitor me dijo que era muy pequeño. Entonces busqué otra actividad y pregunté en el pabellón de deportes al profesor de karate si lo admitía y por suerte fue así. Poco tiempo después el profesor de karate abrió un dojo cerca de mi casa y alli siguió mi hijo mayor durante diez años y sus hermanos, que también empezaron con 4/5 años, el mismo tiempo, era muy cómodo para mi, ya que podían ir caminando los tres juntos.
Hay personas que apuntan a sus hijos a futbol o al tenis esperando tener a un Messi o a un Nadal y así poder dejar de trabajar. Pero lo que algún día será nuestro hijo ya está dentro de él, podemos ayudar a sacarlo fuera, podemos indicarle un camino, aconsejarlo desde nuestra experiencia, pero lo más importante es que cuando se haga mayor practique una actividad de la que disfrute.
Leí que hay que dejar que el niño elija. No estoy totalmente de acuerdo, lo normal es que el niño no sepa lo que quiere, simplemente quiere jugar. Las otras madres siempre me admiraban por las actividades que hacían mis hijos «obligados» y que sus hijos se apuntaban en una cosa, duraban un par de meses, luego ya no tenían ganas o no les gustaba, se apuntaban en otro deporte por otro corto tiempo y al final no hacían nada. La televisión ejercía una gran atracción para los niños, por lo menos cuando mis hijos eran pequeños, ahora ya hay otros peligros cómo consolas, ordenadores, etc.
Mis hijos aprendieron algo de disciplina y autoestima en karate y que si uno comienza una cosa debe seguirla y que para dejarla tienen que tener alguna razón de peso y tenían que apuntarse en otra actividad que les guste más, pero la que ya no podrían dejar, asi practicaron karate durante 10 años. Hubo personas que me dijeron que si obligas a los niños a un arte marcial de pequeños, de adultos ya no seguirían en ello, pero no lo creo, esto está o no está en la persona.
En nuestro dojo hay una niña de quince años cuya mayor ilusión es asistir a nuestras clases de aikido, su madre lo tiene fácil para que haga los deberes y estudie, sólo tiene que amenazarla con no dejarla ir a aikido 🙂
A mi personalmente me hubiera gustado que mis padres me hubieran apuntado a un arte marcial en mi niñez, seguro que me hubiera ayudado en mi timidez que duró hasta mi edad adulta. Pero que yo sepa, ni mis padres, ni abuelos ni otros parientes nunca practicaron artes marciales, era simplemente algo desconocido en mi familia.
Hay un buen artículo de Niall Matthews en Moon in the water sobre el Budo y el ADN: Budo/DNA doble hélice . Nuestra inclinación hacía un arte marcial ya está en nuestro ADN ?, o simplemente es que si nuestros padres o tios o abuelos practican o practicaron algún arte marcial tengamos muchas posibilidades de que como hijos o sobrinos o nietos también lo intentemos, por lo que respiramos en casa, si de pequeños los acompañabamos al entrenamiento, la facilidad que tengamos para ese arte marcial o simplemente para una actividad deportiva, y muy importante es también la conexión y admiración que tengamos con ese pariente y por el maestro del arte marcial.
Yo creo que esté o no esté dentro de un niño la inclinación a practicar un arte marcial, a todos les viene bien practicar uno desde pequeños, al principio los juegos les servirán para mejorar su motricidad y más tarde les enseñará a valorarse a si mismos, a seguir una disciplina y sobre todo a respetarse a si mismos y a los demás.
Carina
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