La patria

Una palabra muy frecuente durante mi época escolar en Argentina, había muchas fiestas patrias siempre adornadas con las banderas azul y blancas como el cielo. Durante la primaria teníamos que pintar muchas banderas para dichas fiestas, había unas cuántas durante el año, siempre bien recibidas, ya que esos días no había clase. Pero en el colegio el día anterior se celebraba algún acto donde nos teníamos que poner las escarapelas, pequeños lazos redondos que se prendían a nuestro guardapolvo a la altura del pecho y debíamos cantar el himno nacional, aprendido de memoria. Nos enseñaban que Argentina, nuestra patria era el mejor lugar del mundo, estábamos orgullosos de haber nacido y poder vivir alli. Creo que este sentimiento se transmite en la educación a todos los niños sobre todo en América, he visto que en Estado Unidos esta pequeña palabra también tiene una gran importancia. Debe ser porque este continente está habitado sobre todo por inmigrantes a los que había que enseñar a amar a la nueva tierra que los había acogido.

Hasta que salí de Argentina por primera vez a los dieciocho años, ese seguía siendo mi pensamiento y esos mis sentimientos. Luego trabajando en Europa, vi que allí la educación es ligeramente diferente, a sus habitantes también les une un fuerte sentimiento a su lugar de nacimiento, pero la palabra patria no se machaca tanto. Algunas personas viven durante generaciones en el mismo lugar, no piensan en marcharse de allí, pero es algo más natural, no necesitan ese recordatorio de patria con sus banderas y escarapelas. Ellos saben que están en el mismo sitio donde están enterrados sus ancestros y mientras tengan su trabajo y familia allí, no se marcharán.

Luego por cuestión de trabajo me enviaron a diferentes lugares turísticos de Europa y me sentía muy bien y agradecida por poder vivir es esos lugares tan bonitos, donde las personas pasaban sus vacaciones y a mi me daban hotel, coche y me pagaban por estar allí recibirlos y atenderlos durante su estancia. Fue un privilegio y yo era muy consciente de la suerte que estaba teniendo de trabajar en lugares donde otros se iban a tomarse un descanso.

Al final me quedé en uno de estos maravillosos lugares, dejé a la empresa que me iba a seguir enviando a otros lugares igualmente bellos, pero a medida que te haces mayor debes bajarte de esa vida nómada, debes encontrar la salida y el momento oportuno, eso si quieres formar una familia. Hay personas que fueron colegas y que nunca encontraron la salida oportuna y siguen viviendo siempre con su maleta de aquí para allá, cambiando de destino cada medio año, viajando de temporada en temporada, disfrutan de los hermosos lugares a los cuales son enviados, pero no tienen lo mejor, una familia, unas raices, un buen entorno al que llamar patria.

Porque la patria es el lugar en el que nos sentimos bien y cómodos, donde queremos vivir y disfrutar de nuestra tercera edad, donde nos sentimos seguros, tenemos nuestra rutina y a nuestros hijos o por lo menos a alguno de ellos. Para mi es está pequeña isla que en invierno suelo recorrer con las botas sacando fotos a las bellisimas flores que adornan el paisaje y en verano paseo descalza por la orilla del mar, mientras una brisa me refresca en esos días calurosos.

Carina
22.6.17

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