La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre.
Nelson Mandela
El hombre (cada hombre) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para si mismo. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida.
Ayn Rand
Porque nadie puede conocerte. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.
Jorge Bucay
El comentario de uno de mis lectores favoritos me inspiró a reflexionar sobre el siguiente tema. El comentario en «Que ocurre en el cielo cuando oramos», decía que debiamos compartir las bendiciones con aquellos que no las reciben. Y yo contesté que si podríamos ayudar a una persona a tener una vida digna por ejemplo encontrándole un trabajo, aunque en la actual situación es bastante dificil. Está claro que debemos compartir nuestras bendiciones en casos de desastres naturales: inundaciones, huracanes, etc. pero no voy a hablar de estos casos hoy.
Siempre hemos hablado de que la mejor ayuda que podemos enviar al tercer mundo, no es sólo alimentos, ropa y medicinas, sino enseñarles a que puedan mantenerse por sus propios medios, con educación, mostrándoles como sembrar, cuidar las plantas, cosechar, criar ganado y aves, pescar, resumiendo vivir de lo que les pueda dar la zona donde residen.
Cuando le damos una limosna a alguien, realmente le estamos ayudando? porsupuesto que hay personas que ya sólo pueden vivir de esta forma con la ayuda de los demás, minusválidos, impedidos. Aunque hay organizaciones que ayudan a estas personas en talleres y aprendiendo cosas que ellos puedan hacer para ganarse el pan de cada día. Hay ONGs que dan comida y cobijo a los necesitados además de fomentar la relación con otras personas que están en situaciones parecidas con la finalidad de que apoyándose uno en el otro puedan salir del pozo o desgracia en la que se encuentran.
Yo creo que la verdadera, auténtica ayuda que uno puede prestar a otra persona es ayudarlo a que se levante para que salga, se integre y trate de ganarse su propio sustento, a tener una vida digna, aunque sea un pequeño salario para que pueda tener su hogar y una vida independiente, quiero decir de no depender de otra persona, ni de limosnas ni de organizaciones caritativas. Aunque lo más importante para que esto suceda, es que la persona en cuestión tenga la fuerza de voluntad para hacerlo.
Cuando ayudamos a un principiante en Aikido, le enseñamos a caer primero, tiene que aprender a hacerlo sólo, no podemos estar allí cada vez para recogerlo y vigilar de que no se haga daño. Lo más importante en Aikido es caer para poder levantarse y la caida debe ser natural sin que se produzcan lesiones, también es importante aprender a hacer las técnicas y a desenvolverse sólo, finalmente a ser un buen Aikidoka, nadie le puede ayudar a otro en esto, cada uno lo debe aprender sólo aunque mirando y ayudado por los compañeros. Lo mismo que en la vida diaria, hay que aprender a caer y levantarse sólo, claro que puedes tender una mano a quien la necesite, pero no puedes estar siempre a su lado para mantenerlo de pie.
Una de las cosas más importantes que podemos enseñar a nuestros hijos es, hacerse adultos independientes y responsables de su propia vida, a saber desenvolverse, ganar su propio sustento, para ser libres, y nunca ser, ni hacerse dependientes de nadie más, ni siquiera de su pareja.
En la vida siempre hay situaciones malas, las cuales si las aprovechamos nos ayudan a madurar y aprender, nuestros hijos lamentablemente también tendrán que afrontar este tipo de situaciones, por lo tanto lo mejor que les podemos dar y enseñar es a levantarse de sus caídas y salir más vigorosos y sabios de ellas. Debemos darles una buena educación para que estén preparados para afrontar y salir airosos de todo tipo de dificultades y tropiezos.
En esto se parece la clase de Aikido a la vida misma, hay que saber como levantarse al caer, lo importante es levantarnos cada vez más fuertes, con más ánimo y ganas, ayudándo a nuestros compañeros a hacer lo mismo.
Carina
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