Tus veinte años

Feliz, feliz en tu día
amiguita que Dios te bendiga
que reine la paz en tu vida y
que cumplas muchos más.

Su papá estaba de fiesta cuando ella decidió que había llegado la hora de salir a ver de que color era el mundo. Por suerte era de madrugada por lo que la autopista estaba desierta y mientras papá aparcaba, ella nació.

Desde pequeña supo hacerse notar, cuando quería o necesitaba algo o simplemente estaba aburrida alzaba su voz y no se callaba hasta que alguien la cogía en brazos, la cambiaba o le daba algo para entretenerse. En unas vacaciones por la península su papá no pudo sentarse a la mesa porque ella insistió en irse de paseo, a pesar de que afuera llovía. Y teniéndo tan solo unos meses ya sabía apreciar el marisco, sentada en la falda de su papa como una señorita se olvidó de llorar chupándo unos percebes.

Dormía con una pierna levantada, apoyada en la pared como si estuviera haciendo una pirueta de ballet. Le pesaba su trasero asique en lugar de gatear se arrastraba con los bracitos y hasta los 13 meses no se quizo poner de pie.

Con unos añitos más se convirtió en una niña responsable que cuidaba de un hermanito menor, y entre los dos hacían enfadar a la abuela y sufrían las trastadas de su hermano mayor.

Hipopotamita, brujil, peluca, viejorra fueron algunos de sus motes cariñosos, inventados sobre todo por sus hermanos.

Era una delicia verla haciendo un pasillo de «poño» y cuando gritaba pinan shodan realmente sentías respeto.

Para que no molesten demasiado a la abuela en las vacaciones de verano los apuntamos en los cursillos de natación. El hermano mayor se interesó por entrar en el club de natación y finalmente entraron los tres. Sentía tanta responsabilidad en su pequeña cabecita que los nervios siempre le jugaron una mala pasada a la hora de competir.

Pero su deporte favorito fue el patinaje y su mayor deseo apuntarse en él, en el cual destacó, siempre quizo ser la mejor y ganó algunas medallas. Esperábamos ansiosos las exhibiciones, donde lucía sus hermosas mallas de colores y bailaba al son de alguna música marchosa, cuya coreografía había sido ideada por su profesora,  Antela, campeona del mundo de patinaje.

Muy querida por sus numerosas amigas, que conserva desde la guardería y con las que a veces se quedaban a dormir, o ellas pasaban la noche en nuestra casa. Y muy cariñosa con su abuela, a quién sacaba de paseo y cuidaba.

Muy buena alumna tanto en primaria, en la ESO y porsupuesto en la Universidad. Disfruta dedicando los fines de semana, que no tiene que estudiar a acompañar a niños minusválidos de excursión.

Ayuda en costear su estudios trabajando de camarera en verano, tiene gran experiencia en hacer zumos de naranja frescos en el desayuno.

Siempre le gustaron los animales, de pequeña una perra la cuidaba, luego el canto de los canarios y cotorras nos acompañaron, después vino una iguana y un perrito feo, por último le regalaron una conejita Felu y para completar la familia, Tsuki la boxer.

Su encantadora risa siempre le alegra el día a quien va dedicada. Es una hermosa personita tanto por dentro como por fuera. Feliz cumpleaños Paula!

Carina

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