Recordando el del año pasado, parte 1

Hoy hace uno año tuve un cumpleaños redondito, me subí a la década del seis, aunque me sentí igual que en el cinco, tal vez incluso mejor, porque estaba cobrando del estado y disfrutando de los días sin obligaciones urgentes. Debido a la importancia de la celebración comenzó unos días antes, lo cuento en detalle, porque merece ser recordado, aún hoy cuando escribo estas lineas me entra un calorcito de la alegría que experimenté en esos momentos maravillosos.

El sábado anterior a mi cumple, mi marido tenía cita en la ITV para su coche, me llamó la atención que fuera a Arinaga, ya que desde hacía unos meses teníamos una ITV más cercana, a cinco minutos de casa. Mi hija me estaba contando que a una amiga le había regalado mangas y que iba a pasar por casa para traernos algunas, ya que eran demasiadas para ella. Yo estaba pintando una acuarela en el salón. De repente salió mi hija con su móvil, que iba a recoger las mangas, al parecer su amiga había llegado…Se volvió a abrir la puerta y apareció mi hijo menor, qué sorpresa y a la vez que gran alegría!!!! Ni me lo esperaba, mi hija grababa toda la emoción del momento con su móvil. Mi marido había ido a la ITV para luego seguir hacia el aeropuerto y recoger al niño, jajaja. Anteriormente ya yo les había caido pesada preguntando que tenía que comprar para hacer de comer, tenían previsto ir todos al chino, en honor a la visita, pero como no me lo podían decir, finalmente me habían contestado: trae pollo ( se puede congelar o comer otro día). Disfrutamos intensamente los cuatro días que duró la visita.

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El domingo comimos el pollo que había comprado, y por la tarde los dos hermanos me hicieron un riquísimo queque sano con azúcar moreno, me gustó mucho más que cualquier empalagosa tarta. El lunes 31 fuimos a La Vaquería, un sitio rústico donde se puede disfrutar de la comida canaria. Mientras traían la comida, mi hija volvió al coche diciendo que se había dejado el móvil allí, me extrañó, ya que normalmente no le suelen pasar esas cosas y volvió con una enorme caja envuelta en papel de regalo. Me dijeron que la abra, al principio les dije que no, no me parecía bien en medio del restaurante con el resto de gente mirando, aunque ellos me tranquilizaron, allí cada uno estaba en lo suyo y no nos miraban. En la caja incluso habían puesto un papel indicando por donde se debía abrir, pensé que era algún animalito o algo que se podía romper fácilmente, aunque la caja no pesaba mucho. La abrí por donde decía y me encontré con un montón de recortes de diario y en el fondo una cajita más pequeña y por su forma adiviné que debía ser un móvil, algo que realmente me hacía falta, ya que el que tenía, me lo había regalado movistar cuando cambié a fusión, hacia varios años ya y casi no tenía memoria. Si era un hermoso móvil, de los más modernos y con una buena cámara de fotos, por suerte tenía a mi hijo menor a mano para que me explique los detalles del uso, aunque me resultó fácil, porque el manejo del anterior había sido parecido, aunque éste se pone en marcha con el dedo indice de mi mano derecha, jajaja. Me dijeron que siga buscando dentro de la enorme caja porque había algo más y si en el fondo del otro lado toqué otra cajita más pequeña, era un reloj que me había gustado mucho cuando había ido de tiendas con mi hija. Que generosa mi familia, aunque el regalo más grande estaba sentado enfrente mio.

El día 1, festivo mi hijo tenía que volver a Madrid con el vuelo de la tarde, teníamos tiempo de disfrutar de otro almuerzo en familia. El restaurante italiano al que queríamos ir estaba cerrado por la fiesta, pero encontramos otro, que incluso nos gustó más, así que supongo que en lo sucesivo iremos allí. Después de una comida exquisita llevamos al visitante al aeropuerto, fueron cuatro días muy especiales. Pero había faltado alguien, sentía pena que mi hijo mayor no había podido venir, aunque lo entendía sólo tenía 30 días de vacaciones de los cuales 15 los había pasado con nosotros en Argentina y los otros 15 con su novia en Perú, el mismo lunes que volvía de madrugada tenía que ir a trabajar, ya que no le quedaban días.

Carina

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