Recordando el del año pasado 2

Bueno y llegó el día en el que cumplía 60, en el Facebook había cantidad de felicitaciones desde primera hora de la mañana, es lo bueno que tienen las redes sociales, y siempre aprovecho las felicitaciones para saber de la gente con la que normalmente no solemos hablar. Mi madre llamó de Argentina, mi mejor amiga de La Coruña, mi hijo menor desde Madrid, mis hermanos y demás familia y amigos enviando whatsapps. Recibí otro hermoso regalo de la familia en forma de orquídea. Ya llevaba cinco día celebrando el cumpleaños, y ese día por la noche pensé que se había acabado, estaba muy contenta y feliz con todo. Pasaron diez días.

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El sábado día doce de noviembre me daban largas otra vez a la pregunta de la comida, que porqué no íbamos al chino, les dije que ya habíamos salido muchas veces a comer fuera, estando mi hijo menor y que había que ahorrar para volver a hacerlo en familia en las vacaciones de Navidad. La noche anterior mi hija me había dicho de levantarnos temprano, para hacer una caminata por la playa y disfrutar del amanecer. Pero ese día cuando me iba a vestir, me dijo que mejor íbamos de casa al faro y llevar a la perra, así luego ella tenía más tiempo para estudiar. A mi me daba igual, además avisando antes para ponerme la ropa adecuada. Desayunamos y salimos con la perrita agradecida por el matutino paseo. El día estaba muy agradable y también vimos la salida del sol aunque sólo encima de los edificios y entre palmeras en lugar de verlo subir desde el horizonte del mar. A la vuelta pensé que mi marido estaba en el baño, yo fui al otro para ducharme y prepararme el segundo gran desayuno. Mi hija otra vez estaba con su móvil, que tenía un mensaje de una amiga y no tenía cobertura, así que salió de casa para llamar. Y…estando yo en la cocina, se abrió la puerta y otra enorme alegría, mi hijo mayor, increíble, mi cumpleaños todavía no había terminado y detrás mi marido con chocolate con churros, jajaja, la fiesta seguía…. Mi hija como siempre grabando todo, mis reacciones, a ver si realmente yo no me había enterado de nada, mi marido casi se había delatado enviándome un whatsapp que era para mi hijo, pero yo no le di mayor importancia, ya que estaba convencida que mi hijo no tenía tiempo. Además el paseo matutino había sido planificado para sacarme de casa y que no me de cuenta de que mi marido iba al aeropuerto. En este caso mis compañeras de la piscina también estuvieron involucradas, ya que habíamos planeado una caminata a la montaña para ese día, que no se hizo, porque la jefa de expedición tuvo que viajar a Alemania.

Solo fueron dos días, pero maravillosos, no fuimos al chino, pero al japonés a Las Palmas, al mayor le encanta y creo que el japonés no hace mucho negocio con él, ya que a mi hijo come sushi en grandes cantidades. Y el domingo que ya tenía que coger el vuelo de vuelta, por suerte por la tarde, íbamos otra vez a La Vaquería, pero estaba a tope, teníamos una familia delante y decidimos ir a otro sitio, porque el servicio allí es muy lento y el avión no iba a esperar. Así que fuimos a un mejicano en el Centro Comercial de Vecindario y los nachos que pedimos de entrante estaban exquisitos, bueno cualquier cosa sabía a manjar en semejante compañía 😉

Ya lo repetí en muchas ocasiones pero quiero enfatizarlo otra vez, el mejor regalo no se compra con dinero es el tiempo que nuestra familia disfruta con nosotros. Gracias al tiempo de mis hijos tuve un sesenta cumpleaños inolvidable!

Carina

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