Pensamientos sobre Aikido

Un día me puse un chandal y fui al dojo. Trataba de imitar los movimientos de los demás, aunque no acertaba que brazo había que levantar y cual bajar, con que pierna avanzar, caer era un problema propio, los nombres de las técnicas en lengua extranjera no las entendía. Después de cada clase me dolían los brazos porque empleaba demasiada fuerza con ellos. Mis compañeros eran comprensivos y me ayudaban en todo. Llegó el día del primer examen y no estaba preparada, tres meses es muy poco tiempo. Seguía empleando demasiada fuerza con una parte del cuerpo, y aunque me repetían que me relaje y yo pensaba que lo hacía, no era así. Seguía sin entender términos como usar el centro y el cuerpo en conjunto, crear vacio, cortar o utilizar la cadera.

pasos Carina R.L.

A medida que aprendía los nombres, me relajaba un poco más, rodaba mejor, incluso empezaba a volar desde kotegaeshi, adquiría mayor seguridad en todos los aspectos de la vida diaria,como a la hora de conducir, me enfrentaba a los problemas con mayor calma, en el trabajo me centraba más, ante una montaña, cogía las cosas con tranquilidad, me organizaba de tal forma que poco a poco pero con seguridad la montaña de trabajo bajaría.

Entrenando regular, sincera, constante y continuamente un día llega el examen de cinturón negro. No es un simple exámen, el llevar un cinturón negro en un arte marcial como este me ha dado una mayor responsabilidad como ser humano y es realmente el principio, el primer paso de aprendizaje, es como un despertar, darse cuenta de lo realmente grande que es el aikido y muy dificil de explicar con palabras, se siente.

He aprendido a estudiar las técnicas, mi cuerpo está más fuerte, caigo mejor, me defiendo con todo el cuerpo y lo relajo, es el resultado que está a la vista.

Pero a partir de ese momento llevo el cinturón negro, un artículo que puedo adquirir en cualquier tienda por lo que no se trata del material, como un símbolo en mi mente, corazón y pensamientos, en mis relaciones con mis compañeros, ayudando a los principiantes y entendiendo mejor y confiando más en los que me ayudaron diariamente y siguen haciéndolo,los que comenzaron antes que yo, un mayor respeto hacia mi sensei al darme cuenta de lo mucho que ha contribuido en mi avance, mi familia que me comprende y siempre está a mi lado, a decir no a las injusticias sin enfrentamientos innecesarios y aceptando las consecuencias, mayor concentración y análisis en mi trabajo, realizándolo con más efectividad al descartar rápidamente lo que me hace perder el tiempo, cuidando mi comportamiento con el prójimo y con el medio ambiente y la naturaleza.

He tenido varias experiencias de alguna situación negativa que a la larga y viéndola a distancia debían pasar para que se me abriera una o varias puertas a algo mejor, una consecuencia que no hubiera ocurrido de otra forma, son golpes que me da la vida para enderezar mi camino y llevarme a lo bueno que me estaba esperando sin yo saberlo y a conocer a personas maravillosas de las que estoy aprendiendo mucho. A veces uno mismo debe reflexionar el porque de cada situación y reconducirse. Atraves del aikido y mis paseos en solitario mis pensamientos son más racionales y encuentran soluciones, caminos y respuestas rápidas a los múltiples problemas que se me puedan plantear diariamente.

Estoy muy agradecida por haber encontrado el Aikido y se que estoy al principio del camino y que cuanto más aprenda me daré cuenta mejor de lo mucho que me falta y ruego poder seguir el camino lo más lejos que pueda.

De: Carina R.L.

Fuente: Aikido Academy USA

Share