La zona de confort

Hay un término nuevo, o por lo menos para mi lo es, que se llama la zona de confort. La primera vez que lo escuché, fue en una clase de karate, a la que nos invitaron durante las últimas vacaciones en Argentina. El Sensei nos dio una breve charla nada más comenzar su clase, en la que nos explicaba que era bueno salir de nuestra zona de confort, intentar cosas y experiencias nuevas, así también como conocer gente nueva y nos dio como ejemplo a sus alumnos de cinturones más avanzados, que entrenaban mucho tiempo con él. Ellos ya se encontraban en una zona de confort, supongo que viene a ser algo como la rutina. Sin embargo la gente nueva, los que venía por primera vez a una clase de karate experimentaban la novedad, habían salido de su zona de confort para buscar algo nuevo, sentían ese cosquilleo en el estómago, ese nerviosismo de hacer algo por primera vez. Porque supongo que para cualquiera de nosotros que como adultos nos hemos atrevido a entrenar por primera vez un arte marcial, ha sido un reto, una experiencia para la que hemos tenido que tirar de nuestro valor, sobre todo los que lo hemos hecho ya pasados los treinta o cuarenta. No hablo de los niños, ya que ellos mayormente van a una clase de artes marciales, porque está incluida en su programa del colegio o porque algún familiar cercano los ha apuntado.

zona de confort

Y es que es muy bueno salir alguna vez de tu zona de confort, eliminando barreras que te has impuesto sin darte cuenta o roles que la sociedad te ha asignado. Hablemos primero de esto último que mayormente en nuestra sociedad todavía afecta a la mujer, quien se supone debe ocuparse de la casa e hijos. Hay muchas mujeres estresadas con su rutina diaria de cuidar de la familia, su casa y su trabajo, su respuesta estandard a cualquier cosa nueva es que no tiene tiempo enumerando una serie de obligaciones autoimpuestas probablemente, o porque supone que es lo que la sociedad espera de ella. Ellas viven en una zona de confort de la que es muy difícil salir, requiere mucha fuerza de voluntad y capacidad organizativa salir de este circulo para ganar un poco de tiempo para si misma, tiempo al que tiene derecho cada ser humano.

Otras personas mayores que viven cada día una rutina en sus casas te responden que no tienen tiempo, cuando les preguntas porque no se apuntan por ejemplo a una actividad nueva, física, un curso o taller donde poder conocer a gente nueva, a un viaje. Te enumeran una rutina de TV, médicos, peluqueria, supermercado, para luego hablar de su edad, sus achaques, les duele esto, aquello, sus impedimentos como que no saben o pueden moverse, no hablan idiomas, no tienen dinero, no pueden, no saben… Todas son excusas empezando por la cuestión monetaria, hay muchas actividades gratuitas o promocionadas por el ayuntamiento. Por supuesto es más fácil, la rutina diaria de desayuno, compra, comida, sofá y TV, día tras día, mes tras mes, perdiendo un tiempo precioso que nunca recuperarán. Ellos mismos se están poniendo límites, se resignan a la vida que llevan, cualquier cosa nueva les cuesta muchisimo esfuerzo, así que para que siquiera intentarlo.

Sin embargo salir de tu zona de confort, para cumplir algún sueño que hace tiempo está escondido en tu mente, enfrentarte a algún reto nuevo, o simplemente viajar, te mantiene activo, creativo, animado, joven, con más autoconfianza, más fuerte y con energia renovada, hasta es posible que te olvides de tus achaques 🙂

Carina

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