Es una cuestión de educación

La educación es la vacuna contra la violencia.

Mientras caminaba esta mañana por la playa, estuve reflexionando sobre el reciente atentado de Londres, otra vez allí y en otro puente, por donde siempre camina mucha gente. Qué es lo que hace que unos jóvenes actúen de esa forma tan violenta. Un cortocircuito en la cabeza, un lavado de su cerebro, que pasará por sus cabezas cuando exponen su vida o se suicidan llevándose la mayor cantidad de seres humanos posible con ellos? Supongo que la vida que llevaban hasta ahora no les habrá gustado mucho, no sentirán ningún cariño por la familia y amigos que dejan, porque alguien habría en sus vidas que los echará de menos, no? Tendrán la firme creencia que en el más allá les espera algo mejor y un premio por las muertes y el daño que han causado a los parientes y amigos de los fallecidos. Quienes enseñan a estos jóvenes a quererse tan poco? Quienes los utilizan para sembrar el terror. Pienso que es una cuestión de educación. Es la única forma de luchar contra el miedo y el dolor que siembran estos terroristas.

La unión de una familia, una buena educación ejemplar de unos padres y abuelos. A continuación una buena formación en una escuela con amigos para disfrutar dentro y fuera de la misma. Unas actividades extraescolares deportivas y/o musicales. Yo diría que el aprendizaje de un arte marcial es fundamental para el desarrollo de un niño y en caso de que no se le de bien el deporte, un coro o tocar algún instrumento musical. Creo que tanto el deporte cómo la música son contrarios a actos violentos. Además cada joven debería tener un objetivo en la vida y su entorno tratar de fomentar su talento e interés. Su familia también debería apoyarlo a unos estudios superiores o un ciclo formativo de lo que le gusta. Así el día de mañana podría conseguir un trabajo, al que ir a diario con ganas, sabiéndo que su trabajo le ayudará a progresar, formar a su vez una familia y además estar disfrutando, haciendo lo que le gusta. Esto sería el modelo de joven al que ni se le pasaría por la cabeza cometer un atentado. Es un joven con un apoyo de su entorno familiar y de amistades. Unos padres que conocen las amistades de su hijo, además de estar controlando a sus conocidos de internet.

También es una cuestión religiosa. Además de la educación religiosa que un joven recibe de su familia están los sacerdotes, imanes, pastores, llamense como se llamen. Se supone que estos señores sienten una vocación de hacer el bien, de ayudar. Y pueden llegar a tener una gran influencia sobre un adolescente o un joven solitario, pueden hacer la diferencia entre un joven que lleve una vida digna y feliz a otro que atente contra su vida y la de otros.

Está el tema del tiempo libre de un joven. A una persona ocupada con una rutina diaria de estudio o trabajo, deporte y vida social con buenos amigos no se le ocurren ideas violentas. Hay demasiadas personas solitarias, sobre todo jovenes, lamentablemente hoy en día es normal que ambos padres trabajen 8 horas, por lo cual tienen poco tiempo que dedicar a sus hijos. Los gobiernos deberían fomentar gimnasios, salones de aprendizaje de bailes, talleres de actividades como teatro, manualidades, juegos de mesa gratuitos, donde la juventud se pueda reunir a fin de disfrutar juntos.

La gran publicidad que se le da a los actos violentos también tiende hacia una consecuencia negativa, no será que esta publicidad le da ideas a un joven solitario que quiere hacerse famoso de alguna manera, aunque sea de esta forma que tanto daño causa a la población. Por supuesto que hay que estar informados de lo que ocurre en el mundo, pero tanta noticia negativa no ayuda a nadie. Pero es un tema que voy a tratar en mi próxima reflexión.

Arriba compartí una cita atribuida a varios que confirman mi reflexión de hoy que la lucha contra la violencia comienza con una buena educación.

Carina
4.6.17

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