No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluto, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en la vida y no sólo en el conocimiento conceptual. Preparate para aprender a través de todo, a observar en tí mismo y en el mundo en todo momento.
No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.
En un curso el año pasado el maestro hizo hincapié en la fuerza de piernas, en tener una postura fuerte hacia abajo, en poner los hombros alineados con las caderas y usar el cuerpo como un bloque. Debíamos relajar los brazos y la parte superior de nuestro cuerpo. Muy dificil esto. Desde pequeños aprendemos a utilizar los brazos para todo, coger cosas, cargarlas, para jugar y pelear, nunca nos enseñaron el concepto de utilizar el cuerpo como unidad. Cambiar el chip de repente de relajar en lugar de hacer fuerza con los brazos, requiere mucho entrenamiento, al principio no nos damos cuenta real de lo que implica, nos insisten: relájate, creemos que lo hacemos, pero nuestros hombros siguen rígidos, pero con los años todo llega, a algunos nos cuesta más que a otros.
La respiración correcta es otro concepto que requiere mucha práctica, la inspiración es automática, instintiva, necesitamos el aire por lo que inspiramos sin pensar, pero no debemos olvidarnos de espirar y el mejor momento para ello es al atacar y al finalizar la técnica al caer.
El concepto de ganar es algo natural en los seres humanos a quienes nos encanta competir, pero debemos recordar que en Aikido no existe competición, por lo cual da igual ganar o perder con el compañero, es a nosotros mismos a quien debemos vencer. Al principio es dificil de aceptar este concepto, cuando al final de la clase el maestro nos da una serie de ejercicios de lucha en el suelo, lo normal es que querramos vencer al compañero y nos enzarzamos en una pelea que no lleva a ningún lado, nuestro sensei siempre nos repite que nos rindamos cuando ya no haya nada que hacer, mentalizarnos que no importa, es un simple ejercicio para reforzar nuestro cuerpo.
Los ukemis son otra dificultad de todo principiante, aprender a caer sin lesionarnos. Es lo primero que necesitamos aprender, ya que en el Aikido todas son caídas, de una forma u otra, caer siete y levantarse ocho veces como dice el proverbio japonés, con los años nos mentalizamos de tal manera, que lo aplicamos a la vida diaria, insistir, si algo no sale volver a empezar que a la segunda saldrá y sino a la tercera, cuarta o quinta.
Pues eso bajar primero la pierna del lado que vamos a caer y relajarnos que tampoco estamos tan lejos del suelo. Ya el rodar es un poco más complicado, rodar sobre los hombros, cuidar cabeza y cuello. Y para volar o caer desde más alto se puede empezar a practicar con un colchón, asi caemos sobre algo más blando, pero otra vez tener en cuenta una palabra que está en casi todos los apartados: la relajación, cuanto más relajados mejor caemos.
Y claro ahí están los nombres, ya lo vimos en el apartado anterior «ukemi» y así todo los demás nombres de agarres, ataques, técnicas, controles, proyecciones, todos en japonés, pero como se repiten y para el primer examen sólo hacen falta unos pocos, a medida que entrenamos también vamos recordándo los nombres, una buena ayuda es recordárlo mentalmente cada vez que realizamos la técnica, también hay buenos libros con dibujos o fotos de cada una con su nombre.
Carina
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