23 Final

Kurt y yo seguíamos llendo a todas las peliculas que ponían y a veces nos tomábamos una cerveza en un bar, y si había una ración de ensalada de papas. Las oportunidades para divertirnos eran muy pocas. En algún momento a principios de 1946, se abrió una escuela de baile, donde me apunté de inmediato. El Profesor de danza Lingen tocaba el piano y contaba los trazos de cada baile mientras estábamos aprendiendo. Después del curso para principiantes hice inmediatamente el curso para avanzados, y luego dos más. Cada curso tuvo una duración de 6 meses, asique bailé un total de dos años dos veces a la semana durante dos horas, yo estaba enganchado y emocionado.


Al principio me gustaron especialmente dos chicas, una rubia y otra morena. Ambas se llamaban Inge, y ambas estaban allí todo el tiempo que yo participé. Especialmente la rubia, Inge K. me gustaba mucho, y si es verdad que el amor hace daño, entonces yo estaba enamorado de la rubia hasta los huesos. Pero era muy cuidadoso de llegar a más, porque mi mente estaba en emigrar, y no necesitaba ninguna historia de amor. Más tarde conocí a otra chica llamada Brunhilde y me comporté de la misma manera. En este sentido, siempre me dejaba guiar por mi mente, y no cedía a los caprichos amorosos. Lo que no necesitaba de ninguna manera era a una niña embarazada.

Kurt y yo hacíamos planes, como escaparnos de la Alemania bombardeada. Oficialmente, a ningún ciudadano alemán le estaba permitido salir del antes de 1948. Antes, cada uno debía ser «desnazificado», recibía de los aliados un certificado de no haber pertenecido al Partido Nazi.
Teníamos la intención de ir a Suecia para dejarnos contratar en un barco a Holanda, Italia o España. Así como hacíamos los planes lo rechazábamos y mirándolo desapasionadamente, hacíamos lo correcto. Nos hubieran atrapado y llevado a casa de todos modos. Una posibilidad era emigrar a Argentina con ayuda del padre de Kurt….

Share