Urashima Tarō

Urashima Tarō ( 浦岛太郎 ) es una leyenda japonésa acerca de un pescador que rescata a una tortuga y es recompensado por ello con una visita a Ryūgū-jo , el palacio de Ryujin , el Dios Dragón, bajo el mar. Se queda allí durante tres días y, a su regreso a su aldea, se encuentra a trescientos años en el futuro. El cuento ha sido identificado como el primer ejemplo de un cuento de los viajes en el tiempoUn día, un joven pescador llamado Urashima Tarō pescando se da cuenta que un grupo de niños está torturando a una tortuga pequeña. Tarō la rescata y la deja volver de nuevo al mar. Al día siguiente, una enorme tortuga se le acerca y le dice que la pequeña tortuga que había salvado es la hija del emperador del mar, Ryujin , que quiere verlo para darle las gracias. La tortuga mágica le da agallas a Tarō y lo lleva al fondo del mar, al Palacio del Dios Dragón ( Ryūgū-jo ). Allí se encuentra con el emperador y la pequeña tortuga, que ahora era una bella princesa, Otohime .

Tarō se queda allí con ella durante unos días, pero pronto quiere volver a su aldea y ver a su anciana madre, por lo que le pide permiso para salir a Otohime. La princesa dice que está triste de verlo marchar, pero le desea el bien y le da una caja misteriosa llamada tamatebako que ella le dice que nunca debe abrir. Tarō agarra la caja, salta sobre la espalda de la misma tortuga que lo había llevado hasta allí, y pronto se encuentra en la orilla del mar.
Cuando llega a su casa, todo ha cambiado. Su casa se ha ido, su madre ha desaparecido, y la gente que conocía no estaba en ningún lado. Pregunta si alguien conoce a un hombre llamado Urashima Taro. Responden a la pregunta que habían oído hablar que alguien de ese nombre había desaparecido en el mar hace mucho tiempo. Él descubre que habían pasado trescientos años desde el día en que se fue al fondo del mar. Golpeado por el dolor, distraídamente abre la caja que la princesa le había dado, de la cual brota una nube de humo blanco. De pronto envejece, su barba es larga y blanca, y su espalda encorvada. Desde el mar viene la dulce voz triste de la princesa: «Te dije que no para abrieras esa caja …. En ella estaba tu vejez» Esta historia tiene una sorprendente similitud con muchos otros cuentos, entre ellos el de Oisín y la antigua leyenda china de Ranka .

Fuente:Wikipedia

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