Ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir

Hasta hace poco tenía una rutina, más de treinta años en la misma empresa con los mismos compañeros, una familia. Durante estos años hemos visto salir a algunos compañeros que fueron indemnizados y cuando venían de visita, tenían una cara de bienestar inmejorable y envidiable. Y nos venía un pensamiento, no creo que a la mía sóla, la de desear estar en su lugar, haber sido despedidos con la indemnización integra, cobrando el paro y disfrutando de la vida, que nunca se sabe hasta cuando dura.

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Y un día cualquiera comenzó igual que todos, con nuestra rutina diaria, nuestra infusión a media mañana, incluso vino la secretaria con el parte de vacaciones para dos de nosotros que les tocaba vacaciones aquel mes. A la hora de comer, nos deseamos que aproveche y por la tarde regresamos, sabiéndo que iba a haber una reuníón, venían los jefazos de la central a liquidar a nuestro director, era una reestructuración a nivel de jefes.

Llamaron a la compañera que se quería prejubilar, que salió muy contenta, había llegado al acuerdo que quería y pensaba como disfrutaría la vida a partir de ese momento sin tener que volver al trabajo.

Pero luego vino el director y dijo que nos teníamos que quedar, unos pocos se podían ir, los del contrato de obra. Llamaron a tres, después de un tiempo salió el primero, que nos trajo la noticia, ya no pertenecía a la empresa, estaba disgustado e iba a consultar si le darían lo que le correspondía. Los otros dos, ya más calmados, cada uno se toma las noticias a su manera. Y ya me tocaba a mi y otro compañero. Supongo que la charla era la misma que habían recibido los tres anteriores. Que había una reestructuración, nuestro departamento desaparecía, se llevaría desde de Tenerife. Que habían luchado por darnos lo que nos correspondía, en principio se nos iba a dar menos, pero suponían que ibamos a luchar y para evitar el juicio, habían optado por la mejor solución.

Que día! Nos encontramos al siguiente, nadie había podido dormir. A vaciar nuestros cajones y recoger nuestras cosas, lo que se había acumulado durante treinta años. Los que se quedaban, estaban tristes y pensativos (cuándo les tocará a ellos, habrá dinero cuando les toque?)

Al segundo día del despido un compañero que tiene una furgona nos fue recogiendo en tres paradas para ir todos juntos al Semac, una excursión para pedir cita a la cual vendría un representante de la empresa para llegar al final y recibir nuestra indemnización. Todo fue muy rápido y luego todos juntos a tomarnos algo en el bar de enfrente, había pata de cerdo recien hecha ! y nuestro director nos invitó.

Luego a pedir cita en el Inem y solicitar la cartilla del paro, para mi la primera vez, la empleada me miró extrañada, no suele ir mucha gente que después de 30 años solicita la cartilla por primera vez.

Mientras tanto ya me he mentalizado, cambiado el horario de mi acuarobic de la tarde a la mañana, una maravilla hacer ejercicio en el agua fresca pero soportable, mientras está subiendo el sol, una buena forma de comenzar el día! Haciendo planes para unas vacaciones que hemos ido postergando por falta de tiempo, 30 días al año no dan para mucho, sobre todo si tu familia vive a 12 horas de distancia en avión.

Y tal vez después de algunos meses del paro surja alguna posibilidad de trabajito, algo pequeño, contrato de meses, para ir viviendo y llegar a la edad de jubilación.

Mientras tanto haciendo lo mejor de este gran cambio, se dice que todo cambio es para mejor, veremos…..

Carina

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