Susano, dios de la tormenta

Cuando Amaterasu regresó al mundo, los dioses castigaron a Susano cortándole la barba y las uñas de las manos y pies y lo desterraron del mundo de los humanos. Al ver un par de palillos para comer flotando en el río, quiso saber quién era el dueño de ellos. Cuando los encontró, vio que se trataba de una pareja de ancianos desolados por haber perdido siete hijas devoradas por un dragón de ocho cabezas, que se disponía a comerse a su última hija, Kusa-nada-hime, la Princesa del Arrozal. Susano decidió rescatarla y transformó en una «peineta» que colocó en su pelo. Luego llenó ocho barriles de sake para el dragón quien al beberlos, se quedó dormido. Susano entonces, le cortó las cabezas al dragón con una espada mágica: aine no murakomo que signfica «Nubes de los cielos», que él había hallado en su cola. Luego envió la espada a Amaterasu como prenda de sumisión. Junto con el espejo y las joyas de Amaterasu, forma parte de los atributos imperiales japoneses. Después Susano retornó a la princesa del Arrozal a forma humana y la hizo su esposa.

Share