Sakamoto,el revolucionario de la música autor de "Mar mediterráneo"(Juegos Olimpicos Barcelona 1992)

Hoy día, cuando la música japonesa (el J-pop) es casi solo una copia de la que se produce en Estados Unidos, resulta gratificante recordar la obra de un músico japonés aún en activo: Ryuichi Sakamoto. Convertido en una especie de aristócrata cultural, con su característica media melena casona y sus elegantes trajes de diseñador, Sakamoto supuso en su día una revolución para las aspiraciones musicales de los artistas nipones, haciendo que sus melodías fueran escuchadas y premiadas en todo el mundo.


Nacido en Tokio en 1952, Ryuichi Sakamoto empezó a estudiar piano a los once años. Se licenció en la Facultad de Música y Bellas Artes de Tokio con un doctorado en música electrónica y étnica, y enseguida pasó a trabajar en labores subalternas en el mundo discográfico. Fue arreglista, músico de estudio y compositor, hasta que en 1978 grabó su primer disco en solitario y formó el trío Yellow Magic Orchestra, con el que le llegó el éxito.

Las melodías de la Yellow Magic Orchestra aparecieron en un momento en el que la música electrónica daba sus primeros pasos. Junto a los alemanes Kraftwerk, fueron pioneros en el uso de computadores y teclados de manera artística, y en tratar temas como los robots, el futuro o la tecnología.
Entre sus canciones más famosas están «Computer game» o «Technopolis», y su segundo álbum llegó a vender un millón de copias en todo el mundo. El trío, junto a Sakamoto, lo formaban Yukihiro Takahashi y Haruomi Hosono. Grabaron once discos en cinco años, hasta que su disolución dio a Sakamoto la oportunidad de abrir sus horizontes estéticos.

Si algo define a Sakamoto son sus mezclas. Por un lado, la de la música electrónica con la música étnica, desde el gamelán de Bali a la bossa nova, pasando por la música arábica. Por otro, la mezcla de sí mismo con el talento de otros. Ryuichi Sakamoto ha colaborado con todo tipo de artistas, músicos como David Byrne o Iggy Pop, cineastas como Pedro Almodóvar, Bertolucci o Abel Ferrara, escritores como Salman Rushdie… Ya famoso, no ha tenido problemas en aparecer como actor en videos de Madonna o posar como modelo para Gap o Antonio Miró. Lo más excéntrico que ha hecho ha sido ponerle música a un teléfono celular de Nokia, el 8800, cuyos botones y funciones reproducen melodías del compositor japonés. Otro de sus grandes hitos fue escribir «El mar Mediterráneo» para los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992).

Su agitadísima vida social incluye también un divorcio. Casado durante más de dos décadas con la famosa pianista Akiko Yano, su separación se consumó en 2002. Juntos habían colaborado en numerosos discos y Akiko era pianista habitual en los conciertos de Sakamoto. Curiosamente, cuando se casaron, ella era mucho más famosa en Japón que él, pues su álbum de 1976 «Japanese girl» había sido el más vendido de la década. Sin embargo, Sakamoto aumentó su popularidad en el extranjero y eclipsó a su esposa. Además, las tendencias sexuales del compositor han estado siempre en la picota, tras interpretar a un homosexual en «Feliz Navidad, Mister Lawrence» (1983).

MÚSICA DE CINE
Pocos compositores se han beneficiado tanto de su colaboración con el cine como Ryuichi Sakamoto. Su tema para «Feliz Navidad, Mister Lawrence» sigue siendo lo más conocido y admirado de Sakamoto. La melodía recibió un premio de la Academia Británica. Sin embargo, la música que compuso para «El último emperador» (1987, Bertolucci), donde también actuaba, le valió todos los premios imaginables: un Oscar, un Grammy y un Globo de oro. Otras películas que cuentan con sus melodías son «Tacones lejanos» (Almodóvar), «Femme Fatale» (De Palma) y «Gohatto» (Oshima).

Fuente: ipcdigital.com/es

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