Porqué me apunté en aikido

Buscando información sobre Taijutsu para un amigo, comencé a leerla y me fascinó sobre todo su filosofía. Cada vez que leía algo nuevo o asistía como espectadora a algún curso, aumentaba mi deseo de practicar este arte marcial, pero por falta de tiempo y al no ser posible en la zona, fue a ver una clase de Aikido, que dicen se parece un poco. Con todo el valor que no tenía y sin pensarlo demasiado me apunté.

Para mí fue algo así como tirarse en paracaídas desde un avión en pleno vuelo: la única mujer de la clase y la de más edad con casi 47 años. Al principio me costó muchísimo, nunca había practicado un arte marcial pero no me arrepiento, sólo lamento no haberlo hecho antes. Después de cada clase es como si se me cargaran las pilas, desaparece todo el cansancio, stress y los problemas. Cada curso es como unas mini-vacaciones, es desconectar totalmente de la rutina diaria. Si los médicos recetaran la práctica de un arte marcial se reducirían en mucho los gastos de la Seguridad Social. Después de dos años me doy cuenta que no sólo practico un ejercicio físico que me mantiene en forma, lo más importante es que estoy creciendo interiormente y madurando mentalmente. Sé que nunca llegaré a la perfección de las técnicas, empecé muy tarde, tampoco lo pretendo, quiero lo otro, esa tranquilidad, paz de espíritu y fortaleza del alma.

Carina

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