La magia de las palabras tiene el poder de hacer algo más que transmitir un significado, no sólo tienen el poder de poner las cosas claras, también hacen que las cosas sucedan.
Frederick Buechner
Diálogo de Sócrates
Los tres filtros: Verdad, bondad, utilidad
¿Sabes lo que acabo de oir sobre uno de tus amigos?
Antes me gustaría que pasaras la prueba del triple filtro, replicó Sócrates. El primero es el de la Verdad. Estás seguro de lo que vas a decirme
Me acabo de enterar y…
O sea que no sabes si es cierto. El segundo filtro, es el de la Bondad. ¿Quieres contarme algo bueno sobre mi amigo?
Todo lo contrario…
Conque quieres contarme algo malo de él y sin saber si es cierto. No obstante aún podría pasar el tercer filtro, el de la Utilidad, me va a ser útil?
No mucho.
Si no es cierto, ni bueno, ni útil ¿para qué contarlo?
Cada palabra y cada acción puede cambiar la vida de otro o influenciarla de alguna forma aunque a veces no nos demos cuenta. Además poseemos la capacidad de despertar el entusiasmo de una persona por medio de nuestro apoyo y aprecio. No todas las personas tenemos la misma capacidad de comunicación, pero una palabra de ánimo en el momento adecuado puede marcar una gran diferencia, darnos el empujón que necesitabamos, aunque no eramos conscientes de ello.
Recuerdo que siendo pequeña mi madre siempre me corregía mis errores cuando hablaba alemán lo que me fue de gran ayuda primero en el colegio y más tarde en mi trabajo. Mi maestro de Aikido también me estaba corrigiendo continuamente mi postura: no bajar la cabeza, mirar hacia arriba, no a la mano o los pies y esto me ayudó muchisimo, si miro videos de antes y los de ahora, se nota la gran diferencia.
Siendo adolescente me quise apuntar en judo y me dijeron que era demasiado mayor, asique hice yoga, pero después de 30 años gracias al relato de una persona e invitación a una exhibición de otro arte marcial, tuve el valor de probar una clase de aikido y aqui estoy.
La enseñanza del Aikido entre el occidente y su país de origen difiere justamente en el abuso o la escacez de palabras. En los cursos y clases de aikido te sueles encontrar con personas con alma de profesor que corrigen a cada compañero con el que entrenan, a veces todavía están corrigiendo cuando el maestro ya pasa a la siguiente técnica con el consiguiente enfado del que no pudo practicar, les da igual si es un principiante, que seguramente agradecerá la corrección, aunque sea errónea o que sea de un nivel más alto, quien buscará a otro compañero para poder hacer lo que vino a hacer: entrenar lo que el sensei esté mostrando en ese momento. Mientras que en Japón cuando estuve en el Hombu dojo y entrené con los dos ukes del Doshu, entonces tenía el 5 Kyu y estaba un poco perdida, por lo que les pregunté mis dudas, ellos simplemente me indicaron que siguiera entrenando, sin más explicaciones.
Hay pequeñas buenas acciones que pueden significar un cambio importante en la vida de una persona como el siguiente ejemplo:
Paul Harvey, en una de sus emisiones de radio, el Resto de la Historia, contó cómo un reconocimiento sincero puede cambiar la vida de una persona.
Explicó que hacía unos años, Mrs. Beneduci la maestra de Detroit le pidió a Steve Morris que le ayudara a encontrar un ratoncito que se había escapado en la clase. La maestra valoraba el hecho de que la naturaleza le había dado a Steve algo que ningún otro alumno tenía. Un oído fino para compensar la ceguera de sus ojos. Gracias a éste aprecio nació en el corazón del pequeño ciego un orgullo. . . y este orgullo sigue con Steve. Años después, dice que ese acto de aprecio fue el comienzo de una nueva vida. Desarrolló su don del oído hasta llegar a ser uno de los grandes músicos populares de la década de los setenta conocido como Stevie Wonder.
Carina
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