Impresiones

Cada mañana cuando llego a la playa, me quito las cholas para pisar la cálida arena con mis pies y sentir luego el agua fresquita en la arena mojada. Siempre que miro el mar me asombra el brillo plateado que refleja el sol en el agua, parece una manta metalizada que siempre está en movimiento.

impresiones

Hay muchisima gente caminando en la orilla, parece una migración humana, a los que están cerca se les ve como caminan hacía donde estoy o alejándose, pero los que están a un kilómetro ya sólo se distinguen como puntitos en la linea que hay entre la arena y el agua.

Hoy está ventoso asi que en principio no me quito la camiseta, caminando rápido ya entraré en calor. La marea está alta, por eso la migración humana hoy parece más compacta, hay poco espacio de arena dura mojada para caminar, pocos son los que quieren caminar en la arena seca, donde se hunden tus pies y andar cuesta más. A pesar del viento hay personas bañandose, incluso niños, bueno ellos se olvidan del viento cuando están jugando entre las olas que con su masaje evitan la sensación de frio.

Me quito la camiseta, el sol calienta más y el viento aflojó, además me llega a la espalda. Es incómodo caminar entre tanta gente, manos que rozan las tuyas y pisadas que al caminar dentro del agua te salpican y te mojan. Hay dos opciones o meterte más en el agua o caminar más arriba entre la arena más blanda, cambio según paso a las personas o me vienen de frente. Hay que fluir, dejar pasar como en Aikido. Fue un ejercicio que hicimos en un curso caminar uno hacia el otro y cuando llegas a su altura, hacer amago de tocarlo, el otro debe seguir como si no hubiera pasado nada. Requiere concentración y supongo que es un ejercicio de inicio al randori, para reaccionar con calma.

En la punta, la puntita sur que se ve en el mapa cuando miras las isla redonda de Gran Canaria, el mar está totalmente revuelto, hay varios carteles en la orilla que te prohiben bañar. Demasiados turistas han muerto ahogados en esta zona, sobre todo en el invierno. Las corrientes de la zona te arrastran hacia dentro y es muy dificil salir, nadándo no lo logras, una vez que estás dentro lo único que te podría salvar sería fluir, dejarte llevar por las olas hacia la playa a la que ellas te quieran llevar. Estoy convencida de que si mantienes la calma de alguna forma podrás salir, siempre y cuando las corrientes no te arrastren hacia adentro.

Paso al lado de las dunas, hay gente subiéndo, para algunos es un reto trepar hasta lo alto, además desde alli arriba seguro que la vista es preciosa, se verán perfectamente a las hormiguitas caminando por la orilla hacia un lado y hacia el otro.

Ya veo el faro, a medida que me acerco noto el mar más tranquilo, las olas se van haciendo más pequeñas, ya no hay viento y el mar parece un plato. Que diferencia entre un lado de la punta y el otro. Entre las dunas los nudistas juegan al volley, debe de ser toda una experiencia hacer ejercicio sin nada de ropa, bueno algunos llevan gorra para protegerse del sol 🙂 respeto esta filosofía de vida, pero no la sigo porque no me educaron así.

Llego hasta la parte de Maspalomas desde donde se ve el reloj con la temperatura, he caminado una hora, no falla, asique me doy la vuelta. Ahora me viene el viento a la cara, fresquito, mis poros respiran el aire salino, puro.
Agradezco el poder vivir en este lugar paradisíaco.

Carina

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