El comienzo de un hermoso día

Que suerte tengo, poder presenciar el comienzo de un hermoso día. Saliendo de casa era de noche, pero no estaba totalmente oscuro, había una gran luna redonda amarilla, que asomaba entre los edificios según me acercaba a la playa. Bajándo las escaleras delante mío al otro lado del mar se divisaban unas nubes apenas manchadas de rosa. Crucé rapidamente el gran parking para estar en la playa antes de que el sol asomara por el horizonte y lo logré. La playa estaba enorme, ya que la marea estaba totalmente baja, ya la habían aseado, los hombres con sus tractores habían pasado por allí en plena noche para que los turistas puedan disfrutar de una playa limpia desde primera hora de la mañana.

Lentamente delante mio las nubes en el horizonte se iban tornando rosa y naranja, mientras al otro lado encima de los edificios la luna todavía estaba blanca y brillante muy grande esperando que su amigo el sol apareciera. Éste no tardó mucho, al otro lado del mar un trocito de bola dorada se asomó, como si saliera de entre el edredón que formaban las nubes color naranja. Lentamente fue subiendo detrás de las nubes como si se estuviera tapando con la almohada perezoso este sábado por la mañana. Se notaba que estaba allí ya que el día se hacia más claro y el brillo de un amarillo naranja se reflejaba en el agua donde las olas venían y se volvían hacía la inmensidad. En el otro lado detrás de la playa y entre los edificios, la gran bola blanca se estaba tornando pálida. A medida que el sol subía detrás de las nubes, la luna se estaba volviendo invisible. Por fin el sol salió de su cálida cama y se mostró por encima de las nubes que también fueron desapareciendo, del otro lado apenas se podía adivinar donde había estado la luna, el cielo se había vuelto azul celeste y la bola blanca estaba totalmente transparente.

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Ya había llegado hasta la punta, cuando una mujer con camiseta rosa que había estado observando el amanecer de pie en la orilla de repente se puso a caminar delante mío. No sé si les ha pasado pero no es agradable cuando una persona camina delante tuyo, la cual no puedes adelantar, ya que camina al mismo ritmo que tú. Tampoco podía sacar fotos hacia delante ya que camiseta rosa salía en primer plano. Yo había entrado en calor, asi que me quité la camiseta, envolví mi riñonera en ella y la puse sobre las zapatillas a una prudente distancia de la orilla y me dí un baño en el agua calentita, si, estaba a unos 24º. Mientras tanto camiseta rosa había avanzado lo suficiente como para no ser una molestia ya, aunque cuando saqué una foto aún salía, pero ya mucho más lejos hacia el faro.

Después de llegar casi al faro me di la vuelta y tenía el sol exactamente delante mío, a las personas que se cruzaban y las que iban delante mio sólo las divisaba como siluetas negras. Siluetas con sombrero, con un bolso colgado al hombro, pero todo era negro, no se veía ni el color de su piel, ni el del bañador, se adivinaba el sexo de la persona por su silueta, si quería ver de quien se trataba tenía que esperar que pasen y darme la vuelta. Pero mientras iba caminando, al ser la isla redonda, el sol se iba trasladando hacía mi derecha, ya no lo tenía justo enfrente y podía ver mejor, incluso a la compañera de acuagym, quien se cruzó conmigo y me saludó.

Un poco menos de dos horas después de haber bajado las escaleras a la playa, las subía otra vez a pleno día, un día hermoso del cual pude disfrutar su despertar.

Carina

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