Defensa personal

Hace algún tiempo mi hija me dijo que le gustaría aprender algo de defensa personal para sentirse más segura a la hora de ir sola por la calle. A los pocos días vi en Facebook anunciado un curso de defensa personal femenina, se lo comenté a mi hija que estuvo encantada de asistir, pero conmigo.

Llegó el día y tengo que decir que me alegro mucho de que mi hija me convenciera, ya que salimos muy contentas con lo aprendido. Estuvo haciendo muchísimo calor en la isla, pero por suerte el gimnasio tiene una gran puerta abierta por delante y una ventanita abierta por detrás por lo que siempre notábamos un aire muy agradable. Comenzamos haciendo un calentamiento de las articulaciones. Al maestro lo acompañaban dos alumnos suyos quienes ayudaban a la hora de explicar y corregir las técnicas, así que cuando no entendías algo, siempre había alguien cerca para resolver tus dudas.

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Vimos defensas a diferentes ataques, los que habitualmente sufren las mujeres. También vimos los desplazamientos convenientes en estos casos y finalmente cómo escapar de un agarre al cuello y como quitar al atacante de encima cuando te has caído al suelo. En dos horas de curso para principiantes es imposible llegar a ser experta en defensa personal, pero si que te quedas con algunas nociones, que nunca se sabe cuando te pueden servir. Ojalá nunca nos sean necesarias.

Mi experiencia personal fue muy positiva, sobre todo para quitarme el gusanillo de la falta de entrenamiento de aikido. Aunque noté que agarraba a mis compañeras con demasiada fuerza y espero que no le haya dejado marcas a ninguna. Se notaba quien de las diferentes compañeras con las que me puse a practicar estaba entrenando un arte marcial, había gente de aikido, karate, taekwondo y jiu jitsu, y quienes no habían practicado nunca.

Mi hija luego me comentó que deberían impartir estos cursos ya en los colegios, no sólo para que las mujeres nos aprendamos a defender desde niñas, sino también para educar a los chicos desde pequeños al respeto hacía el otro sexo. Tal vez así habría menos violencia de género.

Cómo dije, fue una experiencia divertida y muy enriquecedora, muy recomendable para todas las mujeres de cualquier edad. El curso fue asequible para cualquier edad y condición física, había chicas de todas las edades, eran ejercicios que cualquiera puede hacer, incluso si nunca antes habías practicado algún deporte.

Carina

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