Aikido en el cielo

El cielo está justo donde te encuentras, y ese es el lugar para entrenar.
Morihei Ueshiba

El día ese que temes como el último de tu vida, es el de tu nacimiento a la eternidad.
Séneca  (2 AC-65) Filósofo

No temas morir. La muerte no es más que una parada.
Pitágoras  (582 AC-497 AC) Filósofo y matemático griego

El hombre siempre muere antes de haber nacido por completo.
Erich Fromm  (1900-1980) Psicólogo, filósofo y humanista alemán

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Primeramente me disculpo ante cualquiera que pueda leer mis pensamientos y que le pueda molestar el tema, ya que es necesario tener una mente abierta y una gran imaginación para aceptarlo. Hemos leido libros y visto peliculas, una de las que más me gustaron, Ghost, sobre este tema, pero nadie sabe realmente lo que ocurre cuando pasamos al otro lado. A mi me gusta pensar que hay algo más; que mis seres queridos que están allí arriba me cuidan y siempre están conmigo, desde luego siguen vivos en mi corazón. A veces cuando estoy desanimada o triste veo detalles como una  mariposa revoloteando cerca mio o algún pajarito parece que está cantando especialmente para mi y pienso que mis seres queridos me quieren animar, algunos pueden pensar que es Dios. Porqué están con uno? Porque están con aquellos seres que les importaron en su vida y están en los sitios donde más tiempo pasaron y mejor recuerdan, por ser los sitios donde pasaron los mejores momentos de su vida.

El otro día me enteré por los medios que otro de los alumnos directos del Fundador había fallecido, esto siempre es un motivo de gran tristeza, sobre todo para su familia y alumnos más cercanos. Porqué no imaginarnos que habiendo practicado aikido durante toda su vida, este Shihan ira al cielo a la sala de las artes marciales, donde están los tatamis reservados para los practicantes de Aikido. Allí se encontrará con su maestro O Sensei y su hijo Kisshomaru y se unirá a esa gran familia, todos los aikidokas que en los últimos años pasaron al otro lado. Y creo que que cuando pasas al otro lado vuelves a tener tu buena forma física y todas las enfermedades y dolencias se te quitan de repente. Asique O Sensei estará contento de volver a ver a su alumno y los demás estarán felices de recibir a alguien nuevo para seguir entrenando y seguir desarrollando esta gran creación, este hermoso arte marcial.

Otro pensamiento que siempre tengo cuando saludamos al cuadro de O Sensei, es que su espíritu está ahí con nosotros, está en todos los dojos, donde lo recuerdan y saludan al comienzo de la clase y se despiden de él al terminar la clase. En nuestro dojo y creo que en la mayoría de los dojos éste espíritu crea un ambiente de compañerismo, de entrenamiento conjunto donde aprendemos y a la vez enseñamos, sudamos, caemos y nos levantamos muchas veces, rodamos y disfrutamos. Es un ambiente en el que nadie quiere ser mejor que el otro, simplemente deseamos mejorar y madurar nosotros mismos, donde respetamos a nuestro maestro, practicando lo que él nos indica, aprendemos de nuestros compañeros que llevan más tiempo y ayudamos a los que empezaron después de nosotros, disfrutándo de su progreso.

Seguro que si O Sensei, su hijo, alguno de sus alumnos u otro aikidoka de la familia que está en el cielo nos observa mientras entrenamos sonreirá al ver el estupendo ambiente de nuestro dojo, contagiado por nuestras risas.

Carina

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