A veces la solución está justamente en lo opuesto

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
Facundo Cabral

Quiero compartir hoy unas reflexiones que hace tiempo me están dando vueltas en la cabeza. Empecemos con algo sencillito que sabemos todos, por ejemplo, sabemos que del aceite usado se puede hacer un buen jabón que luego sirve para limpiar esa sartén que contenía el aceite.

Otras cosas conocidas son los efectos de algunas plantas como la belladona, digitalis o mandrágora por nombrar a unas pocas, seguro que hay muchas más, que en pequeñas dosis son curativas y sin embargo si la dosis es alta son mortales.

Cuando tienes fiebre o tu niño la tiene, que es peor, sobre todo cuando es muy pequeño, es el baño fresquito el que la baja, o sea otra vez lo opuesto, el calor del cuerpo se reduce con el agua fresca, es realmente lógico, no es cierto?

Bueno ahora vamos a algo más profundo y serio, cada vez que creemos que los demás son los “culpables” de lo que ocurre en nuestra vida, estamos echando nuestra “acción” hacia afuera, no aceptamos ni reconocemos lo que hemos hecho. Es mucho más fácil buscar a alguien de nuestro entorno cercano para culparlo de nuestros errores. Estamos diciendo que nuestra vida es un escenario en el que no queremos estar.

Nada de lo que nos sucede, tiene que ver con los demás. Todo pasa por nuestro pensamiento. Todo lo que sientes ahora mismo, es generado por tu cabeza. Sólo tú eres el responsable de tu bienestar y de tu malestar. Sólo tú tienes autoridad en tu vida, y nadie más. Si descubres por qué actúas de tal o cual forma, podrás limpiarte de las tóxicas emociones que te atan.

Muy tóxico es también estar recordando constantemente errores nuestros del pasado. Los cuales en nuestra mente los hemos convertido en acciones de las que culpamos a otros, para sentirnos «mejor». Aunque dudo ésto último, ya que generalmente a quienes culpamos son familiares u otros seres queridos. Por lo que creamos un conflicto interior, el cual nos está hundiendo, incluso nos puede conducir a depresiones y ansiedad. Tenemos a una persona cercana a la que queremos, pero a la vez odiamos, ya que en nuestra mente es la culpable de nuestros errores pasados.

Bueno estas reflexiones vienen de noticias que leo y veo diariamente en los medios e imagino que cuando una persona está mal con un ser querido como algún amigo es cuando más piensa en él. La solución, si hay alguna, es alejarse de esas personas «queridas» con las que uno no conecta, esas personas tóxicas, quienes no son conscientes de sus problemas internos. Además este alejamiento no es sólo para nuestro propio beneficio, sino también por el bien de ellos, ya que nuestra presencia les está haciendo daño.

Siempre hay muchísimas personas en nuestro entorno y lo mejor para nuestro bienestar es quedarnos con los que nos hacen bien, los que nos hacen sentir en paz con nosotros mismos. Llegamos a una edad, en la que no tenemos que demostrar nada a nadie. Más aún ya no estamos sumando años, estamos restándolos, contándo los que nos quedan de vida, no sabemos si son pocos o muchos, lo más fácil que no sean muchos, por lo que debemos aprovecharlos al máximo. Ya se que es una frase que escuchamos y leemos todos los días, pero leerla una vez más, no nos hará ningún daño: Aprovecha cada segundo, minuto, momento de tu vida al máximo, disfruta de lo que más te gusta, rodeáte de gente que te haga reir, sobre todo se consciente de todo lo bueno que tienes. No es feliz el que más tiene, sino quien menos necesita.

Carina

2.4.17

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