Preciosa caminata otoñal

Esto fue a principios de diciembre y fue nuestra segunda/tercera caminata de la temporada, fue así porque habíamos empezado con una caminata a principios de noviembre antes de las vacaciones de la jefa de expedición, pero la primera caminata oficial había sido la semana anterior con un grupito más numeroso. Esta vez eramos cinco como solemos ser normalmente, subimos en dos coche hasta Cruz de Tejeda, donde hacían 10º, ya habíamos estado con temperaturas de 1-4º, niebla y un frio que había que contrarrestar en el bar que frecuentamos normalmente.

Había poca gente, era un día festivo, pero martes y además temprano, nos pedimos nuestro leche y leche o chocolate a gusto y unas tortitas de carnaval recién hechitas, mmm nuestra excursión empezaba bien! Había que preparárnos para nuestro esfuerzo físico en un día, en el cual el sol nos acompañaría poco o casi nada. Ya calentitos por dentro y con la barriga llena estabamos listos para cualquier subida o bajada por las montañas verdes canarias en esa fresca mañana.

Había dos opciones y nos decidimos por la alternativa del norte donde sí se podía respirar un poco de ambiente otoñal en esta isla de eterna primavera. Dejamos un coche en donde la caminata iba a terminar y fuimos todos juntos al principio del sendero. Nos abrigamos, nos pusimos casi todo lo que llevábamos, hacía bastante fresco y nos adentramos en el camino que al principio era bajada, que bien! , aunque no nos olvidemos que todo lo que se baja tarde o temprano hay que volver a subirlo.

A lo lejos vimos un rebaño de ovejas gorditas delante de sus cuevas que les servían de refugio, Las Palmas se veía abajo al fondo igualmente gris como el cielo donde nos encontrábamos, teníamos verdadero tiempo otoñal para disfrutar del fresco, que nos encanta ya que es una excepción en una isla muy favorecida por el sol. Ya empezamos a notar una ligera subida y de un lado del camino había una plantación de papas, junto a otra de calabaza, donde todavía quedaba alguna amarilla olvidada. Algunos arbustos de retama tenían una o dos flores, empezaban a florecer tímidamente, en cambio la escoba o retama blanca en algunos caso ya estaba totalmente en flor.

Cerca de un albergue que parece abandonado, por lo menos cada vez que pasamos está cerrado, nos sentamos en unas piedras para tomar nuestro tentempie, una manzana para algunos y un bocadillo para otros. A veces aparecía un rayito de sol entre las espesas nubes que hacía resaltar la alfombra verde claro a los lados del camino, desde más cerca se podía ver que se trataba de un montón de tréboles que en algunos caso ya tenían una florecita de un amarillo claro. Un compañero recogía diente de león, bueno para ensalada e infusiones. Pasamos un charco, todavía quedaban restos de la última lluvia y subimos hacía un lugar mágico.

preciosa caminata otoñal

Un sendero con hojas secas a ambos lados y lleno de castaños con barbas, que con el día gris daban un aspecto encantado al lugar. Revolviéndo entre las hojas secas todavía encontramos castañas, así que nos dedicamos a juntarlas, al final teníamos por lo menos un kilo, también había setas a los lados, un compañero reconoció unas que podrían ser comestibles, aunque al no estar seguros, preferimos dejarlas donde estaban. Nos sentamos en las hojas secas y nos sacamos fotos tirándolas al aire, nos comportamos como niños pequeños. Sin notarlo apenas habían pasado tres horas muy entretenidas y divertidas cuando volvimos al primer coche.

Ahora a decidir adonde iríamos a almorzar. La jefa de expedición optó por un pequeño pueblo Lanzarote en Valleseco, donde habíamos estado alguna vez, pero el restaurante que buscábamos estaba cerrado, (martes), asi que aparcamos y fuimos a otro que tenía buena pinta. En el rinconcito canario, tomaron nota de nuestro nombre, ya que estaba lleno. Mientras fuimos al de al lado donde nos dijeron que había que sacar número, sin indicarnos donde, supongo que no tenían necesidad de más clientes, asi que volvimos al primero y nos sentamos en la barra a esperar con unas cañitas y un queso con bizcocho que estaba riquísimo.

La espera de aproximadamente una hora mereció la pena, ya mientras esperábamos vimos pasar los platos hechos con mucho detalle, y cariño, todos tenían un aspecto muy apetitoso. Por fin había una mesa para cinco libre y limpia. Como era la semana gastronómica de la manzana, pedimos sidra para beber, hay que probar cosas nuevas, la verdad que estaba buena. Y para picar entre todos casi un plato de cada(la carta es muy reducida) queso ahumado con puré de manzana y mojo, garbanzada, revuelto de setas con morcilla dulce y verdura, croquetas de espinacas y solomillo con papas y una salsa riquísima y el postre también tenía que ver con manzanas, tarta de manzana y texturas de manzana(panacota de manzana, helado de manzana y rodajas finas de manzana seca sobre arena de manzana y avellana). Cuando ya no nos cabía más nada, pedimos la cuenta, la cual esperas salada después de comer tan bien, pero lo pagas con gusto porque has disfrutado. Pero nos llevamos otra sorpresa, con café, ron y las cervezas de la barra nos costó a 13€ por persona. Un lugar sin duda para recomendar y volver….

Carina

Please read this article in english in Aikido Academy USA

Bitte lese diesen Artikel auf Deutsch in Wir trainieren Aikido

Share