Una vergüenza para las Artes Marciales

Torres Baena, una historia de kárate, abusos y sexo «Me ha ocurrido algo extraño allí y no quiero que le ocurra a ella también». Declaraciones de una joven isleña que montó en cólera cuando descubrió que sus padres pensaban apuntar a su hermana menor en un centro deportivo de Las Palmas de Gran Canaria.Un testimonio que acabó decantándose a instancias de la Policía en forma de denuncia, con una serie de detalles que han acabado por desencadenar las investigaciones del Servicio de Atención a la Familia (SAV) de la Policía Judicial. De esta manera se reveló la trama más truculenta de presunta pederastia de las últimas décadas. Un caso en el que la realidad supera la más escabrosa ficción de cualquier novela y cuyos hechos se desarrollaron en Canarias durante los últimos veinte años. La sociedad isleña continúa consternada por cómo ha podido durar tanto tiempo la presunta red de corrupción sexual orquestada por el que hasta hace poco parecía un impoluto profesor de kárate, Fernando Torres Baena. Deportista de prestigio internacional —cinturón negro, séptimo dan—, su centro contaba con un palmarés envidiado en todo el país. En su centro se fraguaron títulos nacionales, europeos y mundiales, pero también episodios sexuales turbulentos. Desde que se inició la investigación, a finales del pasado mes de enero, más de 50 personas han denunciado abusos por parte del maestro de artes marciales, una cifra que podría superar el centenar en los próximos días. La horquilla de los abusos sexuales se inicia, según los testimonios a los que ha tenido acceso ABC, con menores de hasta nueve años, y con una estructura piramidal calificada de sectaria y elitista, en la cual Torres Baena aplicaba su particular y estremecedor axioma: «Aquí todos con todos y todos conmigo». Testimonios escabrosos «Se ha trabajado a contrarreloj por parte de la Policía», afirma Francisco Mazorra, abogado de una de las víctimas denunciantes. «Al parecer, él trabajaba en grupos de élite a los que les inculcaba sus particulares concepciones del sexo». En el caso de su defendida, el relato toma un cariz más relevante, porque en su testimonio se habla explícitamente de violación. «La cogió con doce años. Evidentemente, es una edad muy débil y la pobre chica no lo denunció», explica. Además, habría recibido la amenaza de que le podía ocurrir lo mismo a su hermano. En estos momentos, tanto Fernando Torres Baena como las monitoras María José González Peña (su actual pareja sentimental) e Ivonne González Herrera se encuentran en prisión provisional en el recinto penitenciario de Salto del Negro, mientras el caso se encuentra en fase de diligencias previas en el Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria. El magistrado Miguel Ángel Parramón decretó la libertad para José Luis Benítez Cárdenes y José Benítez Peña. La imputación: abusos sexuales y corrupción de menores. Red de captación El modus operandi de Torres Baena se configuraba en una compleja red de captación que se iniciaba en colegios y centros educativos, principalmente de la capital grancanaria. Según fuentes de la investigación, por la intermediación de María José González e Ivonne González Herrera se convencía a jóvenes que reuniesen óptimas condiciones y, sobre todo, «buen parecido físico». A partir de ahí, el maestro de artes marciales inculcaba su particular doctrina deportiva, más parecida a la de una secta que a una academia deportiva. Los niños y jóvenes eran inducidos a un sinfín de prácticas sexuales. «Todos ustedes giran en torno a mí, yo soy el sol», llegó a decirles Torres Baena en el éxtasis de su poder sobre sus voluntades, según reveló uno de los jóvenes afectados en su testimonio judicial. «Chicos con chicos, chicas con chicas y chicos con chicas, pero siempre estaba él por encima del resto», se desliza en otra de las declaraciones de los denunciantes. El egocentrismo de Torres Baena le llevó a construir una llamativa pirámide en la que él se situaba como la piedra angular de una fábrica de campeones en la que el sexo se convertía en un ingrediente clave para mejorar el rendimiento deportivo. En un escalafón inferior se situaban María José González e Ivonne González, quienes de adolescentes habrían sufrido en carne propia sus polémicos preceptos. En otro escalón se encontraba Juan Luis Benítez, que, según fuentes de la investigación, se había convertido en su mano derecha. Debajo de todos ellos se situaba lo que Baena definía como «la plebe». Bajo la excusa pseudo-ideológica de la cultura helenística se justificó que el sexo «entre maestros y alumnos era algo normal», según señaló otro de los denunciantes en las correspondientes diligencias. «Estos agresores tienen muy mal pronóstico y reinciden porque logran justificar su comportamiento aludiendo a cosas como el amor, conductas de otra época (Grecia) o de otro contexto cultural (algunas tribus)», explica el catedrático de Psicología en la Universidad de La Laguna Wenceslao Peñate. «Todo el deporte canario está consternado con este asunto», sostiene Jorge Carballo, antiguo presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos de Las Palmas. «Era uno de los gimnasios más prestigiosos del mundo; a nadie se le pasaba por la cabeza todo esto», argumenta. «Ha sido un palo muy duro. En las competiciones, sus alumnos parecían de otra galaxia», asegura Cecilio Castellano, presidente de la Federación grancanaria de kárate. Ante el juez Parramón, Torres Baena negó todos los episodios de acoso sexual y de pederastia en su primera declaración, argumentando que todo era una «confabulación» orquestada por otros gimnasios rivales y por miembros de la Federación. «Su capacidad de control psicológico sobre los chicos era demoledora», afirma Mazorra a tenor de las investigaciones y de la prueba psiquiátrica a la que ha sido sometido. El argumento de esta pericia se basa en que el propio Torres Baena pudo haber sido violado por su padre en su juventud. «Se aprovechó de la muerte de mi madre para abusar de mí con nueve años». «Nos obligaba a tener relaciones entre nosotros, con las monitoras y con él», dijeron algunos afectados ante el juez. «Fernando era como un padre para mi hijo. Estamos todos destrozados», apunta una de las progenitoras. El letrado Mazorra, sin dejar de lado el asombro, no duda: «Posiblemente, estamos ante uno de los casos más graves de la historia jurídica española». Daniel Herrera Fuente:ABC.es Reflexión: En un principio me negué a publicar esta horrible noticia en mi blog. Mis tres hijos practicaron Kárate desde los 4 años de edad durante 10 años, por suerte para ellos y para mi con un profesor intachable y un gimnasio abierto siempre a todos los padres. Recordamos de las competiciones que siempre ganaban los del famoso Club Torres Baena. Lo que ocurrió durante tantos años y a tantisimos niños, cuya infancia quedó destrozada y que con un trauma de esta magnitud necesitarán asistencia psicológica durante toda su vida me lleva a proponer mayor información a los niños en los colegios desde la edad más temprana posible. A veces no es suficiente la educación de los padres por muy abierta que sea . Se ha visto en este caso, que ha permanecido oculto durante un periodo demasiado largo , la única explicación: el gran poder de manipulación que tenia este monstruo que fue campeón de España y Presidente de la Federación Gran Canaria de Kárate.

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