La abuelita judoka

ROMA.- Que una mujer enseñe defensa personal a unos fornidos soldados ya supone un hecho insólito. Pero si además esa mujer es una encantadora y en apariencia enclenque viejecita, el caso entra en la categoría de lo inverosímil. Sin embargo, Keiko Wakabayashi ha hecho realidad lo que en principio parecería imposible. A sus 74 años, esta apacible japonesa imparte clases de artes marciales a los hercúleos paracaidistas italianos del 187º regimiento de la brigada Folgore, en Livorno. Con un solo golpe rápido y certero, Keiko es capaz de mandar al suelo a uno de estos recios militares e inmovilizarlo completamente.¿Algún voluntario a medirse con esta entrañable abuela? Cuidado, porque esta japonesa lleva en sus genes el espíritu de lucha y la supervivencia. No en vano, y a pesar de que en Japón se ganaba la vida como cantante de ópera, es nieta de un samurái. Y los secretos del aikido y el jiu jitsu, las artes marciales en las que es experta, los aprendió de Kuni, considerado el gran maestro de esas disciplinas. «El aikido es una técnica de defensa, no de ataque», nos cuenta Keiko a través de su hija Yoko, que nos hace de traductora. «De hecho, es un arte marcial que se basa en emplear la fuerza del atacante y volverla contra él. Por eso lo pueden practicar mujeres, incluso mujeres ancianas como yo, no se necesita ser especialmente fuerte. Y a los soldados les es muy útil, porque en una zona de guerra en la que no pueden llevar armas pesadas puede significar su salvación. Fue hace cinco años cuando Keiko Wakabayashi desembarcó en Italia, siguiendo los pasos de su hija Yoko, que poco antes se había traslado a vivir a la Toscana, y haciendo realidad así un sueño que tenía desde niña. «Siempre quise venir a Europa y concretamente a Italia, pero por problemas familiares no lo he podido hacer hasta ahora», explica en declaraciones a EL MUNDO esta ex cantante de ópera que ansiaba conocer el país del bel canto. «Por eso no he dejado nunca de practicar las artes marciales, porque siempre pensé que si algún día me iba a Europa me podría ganar la vida enseñando aikido». Sus previsiones fueron certeras. Al poco de trasladarse a Italia, a la señora Wakabayashi comenzaron a lloverle las ofertas. Fue precisamente mientras impartía lecciones de esta técnica marcial en la localidad de Cecina donde conoció al coronel de la brigada Folgore Claudio Vanini, cinturón negro de aikido. «Oí hablar de un señora anciana japonesa que enseñaba aikido y sentí curiosidad por conocerla, porque son pocos los maestros japoneses que enseñan esta disciplina en Italia. Fue luego cuando me enteré que era la única discípula viviente de Kuni, el más importante maestro de jiu jitsu», subraya el coronel Vanini. Pero ése no es el único aspecto de Keiko Wakabayashi que impresionó al responsable de la brigada paracaidista Folgore. Al coronel Vanini también le causó un gran efecto escuchar a la septuagenaria señora contar cómo un día en Roma había conseguido inmovilizar de un solo golpe a un truhán que había tratado de robarle el bolso en el metro de un tirón. Al oír aquello, al oficial militar se le ocurrió que no sería mala idea que Keiko enseñara autodefensa oriental a sus aguerridos muchachos. «Son unos alumnos estupendos, y yo estoy muy contenta de enseñarles», afirma la ex cantante de ópera, dicho lo cual hace saber que los soldados del 187º regimiento de la brigada Folgore también están muy satisfechos con las lecciones de aikido que les está impartiendo. LO DICHO Y HECHO «Para un soldado en zona de guerra, el aikido puede significar su salvación» 1931: Nace en Japón. 1970: Estudia artes marciales a las órdenes de Kuni, considerado el maestro más importante de jiu jitsu.2000: Se traslada a vivir a Italia, concretamente a la Toscana, siguiendo los pasos de su hija Yoko, y empieza a dar clases de aikido en el país transalpino. 2003: Claudio Vanini, coronel de la brigada paracaidista de Folgore, acude a una de sus lecciones y queda impresionado. 2004: Comienza a dar clases.

Fuente:elMundo.es

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