Imagínense lo que los ciudadanos de otros países están pensando, al ver como los ciudadanos de América disfrutan, simplemente por que se les permite vivir, trabajar y luchar por sus sueños más preciados en un mundo relativamente utópico. Siempre y cuando se mantengan donde están, es muy posible que se sienten justificados en su sentido de inferioridad y desesperanza. ¿Y si hubiera una manera de que todos y cada uno de ellos puedan disfrutar de las mismas oportunidades y los beneficios dónde están?
Entonces, ¿qué pasa si una persona increíblemente perspicaz les diera la visión, los medios y la oportunidad de unirse realmente a los americanos con suerte, disipando para siempre la idea terrible de que no se lo merecen. Imagina, que por un simple cambio de actitud, podrían cambiar su latitud, por no hablar de su longitud y altitud. Serían igual de dignos.
Sin embargo, a pesar de este regalo de visión de afiliarse libremente a esta nueva «nación» llamada Aikido, los viejos hábitos de auto desaparición, duda en sí mismo, y la falta de una imagen de sí mismo honesta y positiva, sirve todo para negar a esta persona equivocada, lo que debidamente le corresponde. Ahora, eso sería una verdadera tragedia, y totalmente innecesaria también.
El Fundador, confirmado por el fallecido Doshu, dejó muy claro que el Aiki y todas sus impresionantes posibilidades, es demasiado vasto para la comprensión de una sola mente. El ejemplo del Fundador, de crear su Aikido a partir de un recurso así, es lo que necesitamos apreciar hoy en día. Nunca exhortó a otros a copiar, imitar o engrandecer lo que él logró. Al final de su vida, admitió que sólo llegó a la primera etapa de su potencial desarrollo y la comprensión de su búsqueda personal. No podemos, ni debemos hacer menos por nosotros mismos.
Los principios Aiki son para cualquiera con la visión, el coraje y la energía enfocados a perseguir sin condiciones, y de disculparse o explicar a nadie, que, por qué o cómo los aplicarán a sus propias vidas en la forma en que lo deseen.
Un genio japonés descubrió una forma de acceder a los principios del Aiki. No fue el único. Mira a lo largo de la historia de la humanidad, y el paisaje está lleno de ejemplos similares de gran logro. Vamos a dar el Fundador lo que le corresponde, como un pionero maravilloso en el descubrimiento, desarrollo y reconocimiento del Aiki. No debemos malinterpretar su regalo invaluable hacia nosotros, al ponerlo en un pedestal inalcanzable u observado a través de imágenes artificiales. Sería insultado y ofendido profundamente.
Vamos a tomar con gratitud su ejemplo, y los de sus alumnos que podemos optar por admirar y ser inspirados a unirnos a ellos para la configuración de un Aikido que con orgullo podemos llamar nuestro.
Francis Y Takahashi
Traducción Carina
Fuente:Aikido Academy USA
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