Randori, una perspectiva Aiki

Ran (caos) + dori (tomar o agarrar) es igual a randori, un aspecto especializado de entrenamiento empleado por varios sistemas de artes marciales, incluyendo el Aikido, que se hace para desarrollar aún más la competencia, un mayor conocimiento de la situación, y es de esperar, una creciente capacidad para mantener la «sangfroid» (frialdad imperdurable) durante el entrenamiento estresante, así como en situaciones reales.

El randori se puede realizar por dos personas, o por varios individuos que aplican diferentes niveles y estilos de ataque presionando a nage, el designado a ser atacado. El objetivo no es necesariamente el triunfo sobre los atacantes, sino de perseverar durante toda la prueba, saliendo con una experiencia mejorada, y un mejor sentido de conocimientos realmente adquiridos, y de confianza en uno mismo.

Una confianza real en uno mismo y en los compañeros que entrenan con uno es un verdadero escenario de ganar-ganar en el randori.  En el sentido más alto, es una celebración de la genuina realización para todos los involucrados, de los que lograron desarrollar mejores habilidades en hacer ataques realistas, así como para aquellos que necesitan abordar con eficacia y un novedoso e intenso escrutinio de sus niveles de habilidad. Por supuesto, el beneficio adicional es el desarrollo de sus capacidades respectivas para mantener la calma bajo fuego.

En Aikido, ciertamente reconocemos una amplia y definitivamente variada gama de métodos y agendas para el papel del randori en el entrenamiento diario. Randori kyoghi específicamente se puede referir al «entrenamiento deportivo», utilizando la programación de los métodos y metas deseadas, claramente definidos de la aplicación, y los beneficios de este estilo de randori en el entrenamiento. Aunque se dice del propio fundador, Morihei Ueshiba, que condenó sin reservas este tipo de entrenamienton en «su» aikido, hay escuelas que regularmente promueven su uso y ensalzan sus virtudes. Tal vez puede ser una cuestión de grado, pero incluso sin reglas formales y  directrices para la existencia del «aikido competitivo», encontramos existente varios niveles de formatos llenos intensidad, y el apoyo afirmativo para el entrenamiento realista del randori. Tal vez la razón sea de promover más el desarrollo de habilidades originales en el por otra parte moderno e intencionado conflicto, y evitar interpretaciones del entrenamiento de aikido de hoy .

Un punto importante de este artículo es examinar la naturaleza tradicional y  los propósitos válidos de participar en el entrenamiento del randori, independientemente del estilo, procedencia o formato. ¿Estamos derivando los resultados reales, medibles, y de beneficio general de este entrenamiento? Realmente los propios estudiantes logran mejoras reales y medibles en sus niveles deseados, o desarrollan aumentos cuantificables en la competencia y confianza en sí mismos? Por encima de todo, realmente llega a apreciarse que el entrenamiento del randori sea personalmente satisfactorio, y un aspecto valioso de su entrenamiento general en el Aikido?

randori de Carina

¿Cuál debería ser la concentración mental, en el ejercicio del randori? ¿Debe ser ante todo un resultado del entrenamiento obsesivo, de ser la última persona de pie, superando los intentos de todos y cada una de humillar o someter el espíritu? ¿Debería ser la piedra angular de la excelencia técnica, terminando un examen de rutina que también demuestra el dominio de habilidades fundamentales y las técnicas básicas de uno? ¿O se trata de mantener un sentido de control, sabiendo que uno nunca estará en verdadero peligro de lesión o de vergüenza, debido en gran parte a un acuerdo tácito o verbal, acordado de antemano por todas las partes interesadas? Es en última instancia, sólo una representación, una sombra estrictamente controlada de lo que una situación real debe parecer? Las cuestiones de seguridad son preocupaciones válidas, y de crucial importancia. Sin embargo, en qué medida la política debe ser construida y  cumplida para garantizar que todas las partes esten protegidas, tanto de las lesiones y / o exposición legal?

Surgen adecuadamente preguntas válidas y discutibles en torno a la necesidad de la naturaleza y la justificación comprobada sobre el énfasis puesto en el entrenamiento del randori. ¿Se logran los objetivos deseados a través del mismo para la mayoría de los estudiantes? ¿Los factores de riesgo se calculan con precisión para minimizar las lesiones, tanto físicas como psicológicas, y fueron encontrados aceptables? ¿Qué nivel de estudiantes, edad y sabia experiencia, son los más elegibles para este tipo de entrenamiento, y cuáles no lo son? Cada dojo y sistema de entrenamiento debe desarrollar respuestas probadas, compasivas apropiadas a estas y otras cuestiones conexas para sí y para sus miembros.

Una vez más, están las prácticas tradicionales y los valores honrados con el tiempo  siendo no intencionadas, o incluso socavadas deliberadamente, e incluso devaluadas por la necesidad percibida de hacer ciertos compromisos al entrenamiento de hoy? Y bajo que autoridad o a que organismo se debería justa y uniformemente reconocer y obedecer, para abordar de manera integral estas preguntas y dar respuestas significativas y aceptables, puntos de vista y soluciones alternativas?

Para mí, ninguno de los temas presentados anteriormente son tan apremiantes, o intrínsecamente importantes como el conocimiento necesario por todos del entrenamiento del riesgo real para cada estudiante, y la necesidad de un pleno conocimiento que cada participante debe elaborar antes de participar en cualquiera y toda las clases de entrenamiento del randori. Yo personalmente me he encontrado no con pequeñas cantidades de miedo y reservas por parte de los principiantes, instructores y hasta altos grados practicantes experimentados, incluso, a los riesgos muy reales de una lesión física. Simplemente no podemos ignorar  la posibilidad de cambios permanentes y  no deseados en la salud, y  cambios potenciales en los estilos de vida de nuestros miembros. Las personas que usan sus cuerpos para el trabajo son especialmente vulnerables a los accidentes e incidentes no deseados, y titubean comprensiblemente de comprometerse libremente a un entorno de entrenamiento de este tipo. Estas preocupaciones también tienen que ser las preocupaciones de los dojo cho, administradores y practicantes por igual, y deben ser abordados de manera adecuada y plena. Las políticas de seguro de salud del dojo son completamente inadecuadas.

La noción de que uno pueda realmente «triunfar» y escapar ileso de tales encuentros perturba la mente racional, y merece estar bien encerrada en el reino de la fantasía y el romance. El tiempo es el árbitro final de todas las cosas humanas, y debemos reconocer que, como las habilidades y las condiciones del cuerpo sigan erosionando, la persona promedio con el tiempo va a sucumbir a los factores reales inevitables de lesión, circunstancia imprevista, y de entusiasmo bien intencionado, pero no controlado.

No, yo sinceramente pienso que el resultado más apropiado y aceptable universalmente del entrenamiento del randori genuino y supervisado correctamente sobre todo debe ser para el disfrute. Debemos definitivamente saborear y celebrar la experiencia, no para salir como vencedores, pero como afortunados co-sobrevivientes y compañeros ilustrados en la búsqueda de la excelencia del entrenamiento diario. Qué mejor manera de «morir en el intento», que en manos de y con las sonrisas de felicidad de las personas con las que compartimos y soportamos tanto juntos, nuestros compasivos compañeros de dojo y de nuestros profesores más queridos.

Cada experiencia exitosa de randori puede convertirse en un «bautismo» de clases, lo que permite una continua sucesión, no de graduación, sino de matriculación hacia vistas verdaderamente emocionantes de experiencia personal mejorada, para el desarrollo individual de las habilidades marciales, y para los objetivos seleccionados individualmente para el crecimiento y la satisfacción personal.

Una misma talla no se ajusta necesariamente a todos, pero un compromiso uniforme para mantener la seguridad en el entrenamiento, para mantener el control sobre la propia forma de vida, y promover la excelencia individual, sin duda es posible.

Francis Y Takahashi
Traducción Carina

Fuente: Aikido Academy USA

Share