Abril
Por Miriam Medel Garcìa
En Aikido, hacemos Misogui antes de iniciar nuestra práctica. El Misogui nos ayuda a estar listos para que nuestro Ki pueda manifestarse adecuadamente. Nos purifica y nos revitaliza. Nos hace conscientes de nuestras habilidades, para poder utilizarlas, y de nuestras limitaciones, para poder superarlas. Nos ayuda a conectarnos con la energía del Universo y a darnos cuenta de cuál es nuestra misión y nuestro papel en este mundo. Nos solidariza con nuestros compañeros de práctica. Nos prepara para la acción.
Es justamente mediante el Misogui que podremos revertir las malas tendencias en actitudes positivas que nos ayuden a transformar nuestro entorno. Hagamos Misogui mundo, intentando mantener limpio y puro todo lo que nos rodea, tanto material como espiritualmen...
La penúltima de la derecha fue 1er premio 2006
Mañana publicaremos las bases del concurso y adonde deberán enviar sus diseños. A los primeros 10 comentarios que me escriban les daré unos consejos para tener mejores posibilidades de ganar
El teléfono acaba de sonar y un joven se ha lanzado a un detallado interrogatorio sobre el aikido: ¿Qué tal se defendía contra otras artes marciales?, ¿cuánto tiempo costaba aprenderlo?, ¿y si me tenía que enfrentar a un cinturón negro de otro estilo?, etcétera. Era la lista clásica de preocupaciones que parecen atormentar a muchos aspirantes a artista marcial, y cuando ya no me pude aguantar la risa, hubo un dolido silencio al otro extremo de la línea.
Me disculpé por mi involuntario alborozo y le di la vuelta a su interrogatorio, preguntándole si le había atacado recientemente un experto en karate, cuánto tiempo creía que se tardaba en aprender cualquier cosa, como por ejemplo el piano, y exactamente por qué tenía esa urgente necesidad de invencibilidad.
Desde luego, n...
Leer másTodas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de melocotones que, en primavera, se cubrían de delicados capullos rosados, y en otoño daban sabroso fruto.
Los pájaros se posaban en los árboles y cantaban tan deliciosamente que los niños interrumpían sus juegos para escucharlos.
-¡Qué felices somos aquí!- se gritaban unos a otros.
Un día el gigante regresó. Había ido a visitar a su amigo, el ogro de Cornualles, y permaneció con él durante siete años...
Por Jairo Augusto Sánchez González.Nidan, Instructor Universidad Eafit
Siempre me he cuestionado el cómo se lleva la experiencia del aikido a otras esferas de la vida. Cómo en nuestras relaciones sociales, personales o de negocios se podría poner en practica el principio del aikido sin estar presente la idea de confrontación que se tiene de este arte debido al asunto de estar catalogado como marcial, y al tiempo nos decimos que es un estilo de vida, o sea, impregna todos los asuntos de en la que se involucra el aikidoka comprometido con el arte. Y la clave la descubrí leyendo el libro de Anthony Robbins, Poder Sin Limites, La Nueva Ciencia del Desarrollo Personal. Es un libro que enseña a redefinir nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás a través de una comunicació...
Nuestro compañero Pepe tiene alma de payaso, en sus fines de semana disfruta como otro niño más animando fiestas infantiles.
Pero esta vez nos emocionó a todos.
Cada día nos contaba algún detalle nuevo de la Fiesta Especial que pensaba hacerle a los niños ingresados en la unidad oncológica del Hospital Materno Infantil de Las Palmas, adonde fue invitado por la Asociación Pequeño Valiente. Fue a la sección de oportunidades de unos grandes almacenes para buscar ese juguete con el que le daria una alegria a estos niños tan necesitados de cariño. Compró de su propio bolsillo 50 muñecas con vestidos de distintos colores de las cuales cortó las trenzas a la mitad de forma que hubieran muñecos para niños y para niñas.
La cita era por la tarde pero como los niños disfrutaron ta...
Leer másCon Rena Rusty Kanokogi, fallecida el pasado 21 de noviembre en Nueva York a los 74 años, ha desaparecido una embajadora internacional del yudo femenino y una mujer a la que se le atribuye la entrada de la modalidad femenina de ese deporte en el movimiento olímpico, en los Juegos de verano de Seúl en 1988. Kanokogi luchó contra el machismo en el deporte con la misma fiereza con la que se enfrentaba a sus oponentes y entrenaba a sus jóvenes discípulas. Logró colocar a la mujer yudoka en el panteón olímpico, y pasó el resto de su vida entregada a aquel deporte.
El yudo como deporte moderno nació en Japón en 1882, un invento del experto en artes marciales Jigaro Kano. Su lema era: «Máxima eficiencia con mínimo esfuerzo, en aras del esfuerzo mutuo y el beneficio común»...
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra...
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