«Mis rivales temen mi llave "o-uchi-gari"»

Iñigo Elorza consiguió el oro en el Campeonato de Europa de Judo de Veteranos celebrado en Italia
La cita es sobre el tatami rojo del Centro de Artes Marciales de Anoeta donde Iñigo, 46 años, entrena a diario, muchas veces en compañía de su hijo Jon, campeón de Gipuzkoa. Técnico de laboratorio, trabaja en Papelera Oria de Villabona y sorprende a sus rivales haciendo por la derecha llaves que normalmente se realizan por la izquierda. El Campeonato de Europa del que volvió coronado se celebró en Lignano, a unos 90 kilómetros de Venecia.

¿Cómo fue?
– ¿El campeonato?
No. El combate que le dio el oro.
– Duro. Cuando sólo faltaban cinco segundos creí que se me iba, que perdía. Y no me hacía ninguna gracia.
Lógico. A nadie le gusta perder la corona en cinco segundos.
– Había algo más también. Llevo cuatro años participando en el Europeo de Veteranos. He hecho un tercero y dos segundos. Esta vez quería ser campeón.
Se enfrentó a un ruso. Al que conocía bien.
– Y él a mí. Hemos peleado varias veces en Europa.
El combate fue tenso.
– Y también superigualado. Al principio ninguno de los dos queríamos atacar. Estábamos a la defensiva. Utilizando mucho los agarres. Tan a la defensiva que pronto nos llegó a los dos la primera sanción por falta de combatividad. No es de castigo. Sólo un aviso. Pero al rato, yo creo que sin razón, me sacaron a mí otra tarjeta. Y entonces sí, entonces perdía dos a una. El ruso seguía totalmente a la defensiva. En cuanto le agarraba, se tiraba al tatami para evitar mis llaves y rehuir la lucha. Bloqueba mi combate. Como te he dicho, a los cinco segundos yo sentía que el oro se me escapaba.
¿Y entonces?
– Le agarro. Le bajo. Se tira al tatami. Me echo encima. ¡Le sancionan por, de nuevo, falta de ataque! El combate acaba.

¡Están empatados! Dos sanciones cada uno.
– Hay que esperar la decisión de los jueces. Son tres. Al oír la palabra ¡Antei! tienen que levantar bien la bandera blanca que me representa a mí, bien la azul que reproduce el kimono del ruso. Si hay más blancas ganaré yo. Si más azules…
¿Y cuántas resulta que hay de cada color?
– ¡Las tres son blancas! ¡Me he proclamado campeón de Europa!
¿Por qué piensa que los jueces se decidieron por usted?
– Me imagino que por mi actitud. Aunque al principio es verdad que los dos estuvimos muy reservones, después fui yo quien llevó la inciativa mientras el ruso, te repito, no hacía más que tirarse al tatami para evitar que yo consiguiese yukos, wazaris o algún ippon.
¿Qué significan esas palabras?
– Representan los puntos que logras según tu contrario caiga al tatami totalmente de espaldas (un ippon: 10 puntos). De lado (un wazari: 7) o sobre el hombro (un yuko: 5).
Entendido. ¿Usó la «taio tosi» en esa final?
– ¿La llave de hombro por la izquierda? Creo que la usé más en la semifinal, con el rival francés.
He oído que ese fue un combate más brioso. ¿Me equivoco?
– Lo fue. Más veloz. Conseguí un buen yuko con la llave de hombro.
Defínase como judoka.

– Soy muy de ataque. Algunos me lo echan en cara porque defiendo poco y no me gusta perder tiempo. Pero es que como tengo mucho fondo, sé que puedo resistir un combate a cara perro.
¿Y el sambo? Tercero de Europa, segundo en la Copa del Mundo celebrada en Venezuela.
– El sambo es, para entendernos, una mezcla de judo y lucha libre. Un judo más marrullero, más callejero. Puedes agarrar piernas, puedes agarrar brazos. En sambo luchas vestido con chaqueta de kimono y entonces resulta que quienes vienen de la lucha libre suelen estar vendidos.
¿Por qué?
– ¿Has visto combates de lucha libre? ¿Cómo van vestidos?
Con una malla, un maillot…
– Por lo tanto, si no están superentrenados no tienen el recurso que sí tenemos los judokas de agarrar solapa, manga, cuello… Y esos agarres son fundamentales para el triunfo.
Comparta con nosotros el secreto de su llave «o-uchi-gari».
– En judo siempre estás aprendiendo, siempre incorporando técnicas, llaves, agarres nuevos. Yo la o-uchi-gari, una llave de pierna que se hace por la izquierda, casi no la había utilizado. Pero ahora es uno de mis puntos fuertes. Entre otras cosas, porque he cambiado el agarre, lo hago por la derecha y así sorprendo mucho al contrario que cae pronto al tatami.
Dos líneas para agradecimientos.
– A mi entrenador Julen Idarreta. A mi esposa Koro, que me deja entrenar y viajar a los campeonatos. A los compañeros que me cambian turnos. Gracias

Fuente:diariovasco
Share