La historia del Monasterio Imperial de Yongtai y Kung Fu Shaolin

Durante siglos, uno de los focos culturales más importantes de China, donde se originó el Budismo Zen y el Kung Fu Shaolin para mujeres, ha quedado prácticamente olvidado y caído en decadencia. Ahora, el Monasterio Imperial para Mujeres de Yongtai ha sido reconstruido gracias a la generosa contribución de un donante particular, y se presenta de nuevo como el centro del Kung Fu de Shaolin femenino. La historia religiosa nombra tres princesas clave en la fundación del Templo Yongtai. La primera, la princesa Zhuanyun está considerada la primera monja de China. Construyó una modesta choza al pie de las colinas de las montañas sagradas de Songhsan para vivir de acuerdo con las reglas del Budismo. Cuando el monje indio Boddhidharma, llamado Ta Mo por los chinos, llegó en el 498 dC a las montañas de Songshan y reescribió las reglas del Budismo en una cueva, tuvo cuatro discípulos. Uno de ellos era una mujer: la princesa Minglian. Ella tenía 13 años y provenía de la familia imperial Liangwu de la Dinastía del Norte y del Sur. Tamo le enseñó Kung Fu Shaolin, que no es simplemente un ejercicio físico, sino más bien
una filosofía y actitud de vida. El objetivo es vivir en armonía con la naturaleza, controlar la mente y el cuerpo y ser tolerante con todos los seres. A Minglian se la considera la primera maestra de Kung Fu Shaolin, así como quien transformó la choza de Zhuanyun en un modesto monasterio. La tercera princesa se llamaba Yongtai. Era la hija del emperador Xuanwu de la dinastía Wei del Norte, y se conocía las montañas gracias a las excursiones que hizo con su familia desde la cercana ciudad imperial de Loyang. En el transcurso de estas excursiones, aprendió sobre el Budismo Zen y las artes marciales de los monjes de Shaolin. Cansada de las intrigas de la corte y las luchas internas de su propia familia, decidió convertirse al Budismo Zen. Su hermano mayor, Xiaoming, el siguiente emperador, transformó el pequeño monasterio de Minglian en un distrito de los templos magnífico, y concedió a su hermana y a sus seguidores todo lo que necesitaron. Durante el reinado de Yongtai el monasterio imperial para mujeres experimentó su época de máximo esplendor. Más de 1000 mujeres vivían allí siguiendo las reglas de Ta Mo y practicando Kung Fu Shaolín. Tanto en el boxeo sin armas de Shaolin, como en artes marciales, rivalizan con sus compañeros masculinos en el monasterio de Shaolin. Yongtai también fue muy caritativa: donó comida y artículos de lujo de la corte imperial a la gente que vivía alrededor del monasterio, enseñó a los granjeros a leer y escribir, y también les enseñó Kung Fu Shaolin, de modo que pudiesen defenderse de los bandoleros. Todo ello hizo que la princesa Yongtai pronto disfrutase de una altísima reputación entre la gente y fuese venerada como una santa. Finalmente, el monasterio tomó su nombre y aún hoy es llamado Monasterio
Yongtai.
Fuente:www.casaasia.es

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