Madrugamos, pero mereció la pena, nos encontramos en la casa de un compañero para seguir todos juntos hacia el puerto de Agaete. En el camino apreciamos una hermosa salida del sol entre nubes sobre el mar. El viaje hacia la isla de enfrente fue tranquilo y se pasó volando por las divertidas historias sobre los viejos tiempo aikidokas contadas por nuestro maestro.
En el puerto de Santa Cruz la alegría al encontrarnos con los compañeros que nos esperaban con tres coches para llevarnos al dojo del Club Aikitas. A ambos lados de la calle que pasamos habia hermosas flores, las cuales me huberia gustado fotografiar de haber tenido el tiempo de pararnos. Muy agradable también volver a encontrarnos con el Sensei Fernando Miguez que nos daría el curso, el cual fue intensivo e interesante, lo guapo el masajito entre tori y uke al final de la sesión.
Tomamos un delicioso almuerzo en el Restaurante Dafne especializado en comidas griegas, muy recomendable si visitan Santa Cruz de Tenerife. La comida estaba tan rica que comimos demasiado y por la tarde había que seguir entrenando con la misma intensidad, la sesión de tarde se centró en jo dori con otro masajito al final
.
Después del curso una ducha rápida y los compañeros nos llevaron al puerto para coger el ferry para volver a casa, algunos aprovecharon el viaje para una pequeña siesta merecida después del intenso curso. Quisiera agradecer a todos los compañeros de Tenerife por su magnifica acogida y especialmente al Sensei Fernado Miguez por su gran curso, a David y a Pepe por hacernos de taxistas y a Tassos Kotsekidis por la estupenda organización y la excelente comida, un abrazo!
Carina
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