Equilibrio cuerpo y mente

El wushu, el más milenario de los artes marciales con más de 3.000 años de historia, es un deporte apto para todo el mundo que cada día gana adeptos y ya en Vitoria se ha hecho un hueco con unos 50 federados.«En el wushu tiene cabida todo el mundo. Lo puede practicar gente con discapacidad. No hay límites». Quien así habla es Patxi Marta, presidente de la Asociación de Wushu de Álava, y maestro de este arte marcial milenaria. De hecho, el lema que tiene en su escuela lo deja bien claro: «Un estilo para cada persona y un arte para todos». Sin limitaciones. Todos tienen cabida. Pero, ¿qué es el wushu? La palabra significa literalmente arte marcial en chino, que es de donde es originario este deporte, aunque desde hace unos cuantos años se identifica con el Kung Fu. Marta explica el porqué de esta relación. «Kung Fu significa tanto arte marcial como habilidad, maestría. Cuando los monjes realizaban ejercicios de alto nivel sus compañeros les decían una y otra vez ‘kung fu, kung fu’, como queriendo decir maestro, maestro y de ahí viene la asociación que realizaron en su día los occidentales». Con más de 3.000 años de historia, el wushu, destinado en su día a la lucha entre emperadores y los señores de las principales dinastías, es el arte marcial más antiguo. «El resto son disciplinas más contemporáneas», constata el propio Marta cuando lo compara con el taekwondo, karate o judo, todos ellos deportes originarios de China. «El karate habrá cumplido cien años, el judo es de finales del siglo XIX y el taekwondo es originario de una península de China desde hace 2.000 años». identidad Una filosofía de trabajo distinta al resto de artes marciales Pese a proceder de un mismo país de origen y en algunos casos tener ciertas similitudes, Marta quiere dejar constancia, que son disciplinas «muy distintas. Ya de por sí, la vestimenta las diferencia». El presidente de la Asociación de Wushu de Álava precisa que «en técnica no hay tantas diferencias, pero sí en la filosofía de trabajo». Aunque cada arte marcial tenga sus peculiaridades, Patxi Marta deja claro que todas ellas son compatibles y ya se han limado los posibles roces que podían existir antaño entre unas y otras. «Antes sí que había disputas por querer predominar una sobre otra o intentar ser la que más adeptos tenía. Eso ha quedado atrás. En su día quizá el judo quería tener cierta hegemonía, pero ahora entre todos hay una mentalidad más abierta y en ese sentido se ha mejorado mucho», apunta. De hecho, tal y como confiesa, en estos momentos hay practicantes multidisciplinares. «Ya no se da eso de que si haces taekwondo, por ejemplo, no haces karate. Hoy son muchos los que practican dos modalidades y existe un gran respeto por lo otro y por conocer otras artes marciales, algo que creo que es enriquecedor». internacional Jackie Chan o Bruce Lee lo han llevado a Occidente De momento, Marta lleva casi una vida dedicada al wushu. Un deporte que ya ha llegado a todos los rincones del mundo. Los actores Jackie Chan, Bruce Lee o David Carradine han sido los principales embajadores en Occidente de lo que es el wushu. Sin embargo, es difícil conocer este arte marcial en su totalidad. Imposible», como desvela este gasteiztarra de adopción. «Llevo 34 años practicando y sigo yendo todos los años a China a aprender», revela. El maestro gasteiztarra, junto algunos de sus discípulos, acude todos los veranos a las montañas de Wudang, místico lugar donde se cree que tuvieron su origen las artes marciales y de donde es el padre de muchas de estas disciplinas, Zhan Zhan Zeng, para continuar con su formación. «Nunca acaba el aprendizaje», añade. De hecho, al maestro le viene a la cabeza algo que en su momento le dijo uno de sus profesores chinos. «Para dominar un arma se necesita más de una vida». Una vez que se consigue un perfecto dominio se pueden llevar a cabo ejercicios espectaculares. Sorprendentes sin lugar a dudas. Los monjes Shaolin son el mejor ejemplo de ello. Algunos de sus ejercicios haciendo el pino con sólo los dos dedos corazón o flexionando lanzas que están sujetas sobre su cuello sin sufrir daño alguno son sin lugar a dudas los que más incredulidad despiertan. Rozan lo imposible. Es como asegura Marta el «perfecto control entre equilibrio y mente». El wushu. Un deporte que, como explica el maestro alavés, «exige mucha habilidad y como tiene mucha materia técnica implica paciencia y constancia». Mucha. A raudales. El propio Marta pone un ejemplo. «Un aspirante a monitor necesita conocer doce katas y cada kata de kung fu tiene unos cien movimientos. Es muy difícil». Los estilos Budista, laico o taoísta son los principales de una gran variedad Esa dificultad es la grandeza del wushu. Toda una vida para aprender un deporte, del que es difícil afirmar con certeza cuántos estilos son practicados actualmente en China, ya que existen más de cien escuelas y muchos estilos dentro de cada una de ellas. El budista, el laico o el taoísta, que es el que se practica en Vitoria, son los principales. Cada una de sus modalidades está englobada en dos grandes apartados, los que se dedican principalmente a la salud, donde aparecen disciplinas como el Tai Chi, Pakua o Sin Yi y los de fortaleza en los que destacan el Shaolin, el Chang Cuan, o boxeo del norte y Nan Chuan, boxeo del sur. objetivos Salud, deporte o defensa personal a partes iguales Cada una de estas disciplinas está enfocada a cumplir distintos y muy variados objetivos. El propio Marta reconoce que entre sus alumnos conviven en armonía aquellos que han acudido al wushu buscando mejorar su salud, practicar deporte o tener conocimientos de defensa personal. «Hay personas que vienen para mantenerse en forma, mientras que otros creen que de aquí van a salir siendo Bruce Lee o Jackie Chan y hay un último grupo que busca encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente. Convivimos los tres grupos y lo hacemos en perfecta armonía». Es más, Marta tiene claro que tanto en el wushu como en cualquier otra disciplina tiene que haber cabida para todo el mundo. «Uno de mis maestros chinos me dijo una vez que en el mundo debe haber un animal de cada especie». Él en su escuela de Vitoria cumple esa enseñanza a la perfección y de hecho el lema que rige el local donde imparte sus enseñanzas es «Un estilo para cada persona y un arte para todos». Sin límites. crecimiento Álava ya cuenta con 150 practicantes , 50 federados Abierto a todos. Por eso el wushu está creciendo en los últimos años. La escuela de Patxi Marta tiene ya 150 practicantes, de los cuales 50 han dado el paso de federarse en una asociación para poder competir en distintas pruebas. No queda ahí la cosa. Los registros en la capital alavesa se incrementarían de forma notable si se tuviese en cuenta a todos los practicantes de Tai Chi de los Centros Cívicos. «Serán unos 2.000, que se dedican a esta modalidad del wushu como forma de vida saludable», apunta Marta, que ve un pero en los cursos que imparte el Ayuntamiento. «Siempre se repiten y el que quiera mejorar no puede, ya que una vez que acaba el ciclo se vuelve al punto de partida. Como ejercicio y forma de vida saludable está bien, pero no van más allá», lamenta. De todos modos, el maestro gasteiztarra quiere dejar constancia del encomiable espíritu deportivo que reina siempre en la capital alavesa. «Vitoria es la capital que en proporción al número de habitantes más se practica el Tai Chi», concluye contundente.
Fuente:NoticiasdeAlava

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