¿Cómo definimos lo que es más importante para expresar e incluir en nuestra vida diaria? ¿Las meras palabras son suficientes para honrar tales nociones que nos hacen sentir bien con nosotros mismos, y sobre el impacto de nuestro comportamiento en el medio ambiente y los acontecimientos que se producen inconscientemente?
Por supuesto, también podemos apreciar el tener y mantener una buena salud, ser capaces de respirar, actuar y reír libremente, movernos y sonreír por nuestra buena fortuna. Nos esforzamos por no dar por sentado los grandes dones que hemos recibido a través del tiempo, y seguimos recibiendo de manera continua, sobre todo el amor y apoyo invaluable de nuestra familia y amigos. Tal vez también, podemos recordar con especial cariño, el bien inolvidable que podemos hacer, sin premeditación o intención a nuestro prójimo, y por nosotros mismos.
Esto sucede todo esencialmente por accidente, siendo extraordinariamente afortunados de ser tan favorecidos por Dios y las circunstancias? Quién fue el que dijo: «La suerte es el residuo del diseño.»? ¿Qué fue lo que dijo el fallecido director general de los Dodgers de Brooklyn, Branch Rickey, en alusión a esa cita? ¿Podría haber estado describiendo lo que milagrosamente le sucede a la humanidad sobre una base diaria, independientemente de su clase o condición? Me parece que sí.
Qué casualidad entonces, es nuestra capacidad de ejercitar la paciencia, la visión y la autodisciplina, como hábitos esenciales que incorporamos a nuestro régimen diario, que a su vez son la base para la buena fortuna que nos acompaña a la mayoría de nosotros, que nos gusta y atesoramos. Estamos definidos en gran medida, por lo que podemos replicar como buena conducta, mostrando la compatibilidad en la práctica de las buenas costumbres, etiqueta, y consideración por los demás. Tener buenos hábitos significa no tener que pensar en lo que debemos hacer cada uno y cada minuto de cada día.
Para los verdaderamente disciplinados, entonces, es identificar, incorporar y vivir los hábitos que guían nuestros objetivos diarios, justifican nuestra existencia, y se complacen en anunciar nuestra gratitud por estar vivos. Entre las diversas expresiones de autodisciplina posibles, ¿por qué finalmente nos asentamos en la que nos define hoy en día? Las respuestas varían, y no hay contabilización por cual es mejor que otra. No podemos juzgar las elecciones que hacemos, o las que hacen los demás. Simple y humildemente las aceptamos todas.
El mismo marco de la formación diaria variará, dependiendo de las circunstancias, la disponibilidad de tiempo, localización, apoyo logístico y necesidad. Los profesionales pueden entrenar en cualquier lugar de 3 a 10 horas por día, a menudo incluyendo sus deberes de enseñanza. Un centro de entrenamiento dedicado, incluyendo los equipos y cuidados respecto a la seguridad, es altamente deseable, pero no necesariamente esencial. Cualquier lugar privado y seguro puede ser ventajoso, aprovechando al máximo la inspiración, la oportunidad y el momento. Por supuesto, el tiempo tranquilo para la meditación, la compilación de pensamientos, la grabación de las nuevas ideas, y de permitirte simples interrupciones en la rutina, no tiene precio. Una mentalidad de 24/7 puede ser muy valiosa, estar en el momento y lugar y por cualquier motivo.
Para mí, es esforzarme a ser una mejor persona hoy de lo que fui ayer. Es una cuestión de estar contento con las circunstancias de mi vida, pero nunca estar satisfecho de que haya hecho todo lo posible hasta la fecha. Parafraseando a Miyamoto Mushashi, «la lección de hoy es para corregir el desafortunado malentendido de ayer». Mi vehículo está alimentado por los principios Aiki que ayudaron a guiar el fundador del Aikido, y le permitieron crear su propio Aikido, único en su clase. Es la meta de mi vida hacer lo mismo. Hasta ahora, todo bien.
Es pues, el hábito de entrenamiento diario por el que soy capaz de lograr mis metas diarias, semanales y anuales, que me mantienen disciplinado, centrado y conectado a la persona que deseo ser. Cada día no va a producir los mismos resultados, ni tiene porqué hacerlo necesariamente. Es suficiente para mí reconocer con gratitud la oportunidad de hacerlo, e incorporar los nuevos conocimientos y la casual sabiduría que descubro cada día. Ahora, de vuelta al trabajo.
Francis Y Takahashi
Traducción Carina
Fuente Aikido Academy USA
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