En justicia con el fundador del Aikido, Morihei Ueshiba, expido el presente descargo de responsabilidad, de que cualquier opinión o perspectiva que presente, no pretende ni asume ninguna reclamación directa al Fundador, o sea de ningún conocimiento especial o penetración en sus enseñanzas de ninguna manera. Todos los errores, omisiones y el total oscurecimiento de la lógica o el sentido común son sólo míos. Lo conocí una vez, en una sola sesión de entrenamiento, y de pasada. Sin embargo, he hecho mi decidido hábito a identificar y valorar a cada persona que encuentro por la influencia que él pueda tener en aquellos que profesan lealtad a los principios Aiki, y que de buena gana y abiertamente comparten sus conocimientos con los demás que tengan motivaciones similares.
Los videos de O Sensei son entretenidos, pero falta definición suficiente para realmente aprender mucho. Esas palabras, aforismos y frases atribuidas al Fundador están demasiado a menudo influenciados por el sesgo de los traductores y la falta de investigación completa, junto con una lamentable falta de contacto con la cultura y el entrenamiento en profundidad del Aikido del Fundador. Podemos y debemos hacerlo mejor, en primer lugar, reconociendo que el Aikido del Fundador no es un hecho. Es un trabajo indefinido en progreso para aquellos que estén dispuestos a asumir el reto de interiorizar primero los principios y ponerlos a disposición de todos los que deseen entrenar, estudiar, y compartir el tiempo a lo largo y ancho de la visión del Fundador.
En justicia con aquellos que verdaderamente tratan de reconstruir los elementos de los antecedentes personales del Fundador, sus contactos notables en el campo del arte, la política, la religión, las artes marciales, etc, yo creo que ellos están haciendo a su nivel lo mejor posible con lo que hay disponible. El Fundador dejó poco de procedencia escrita, y el consenso general de los que tuvieron contacto de primera mano con él es con demasiada frecuencia variado y contradictorio. Todos estuvieron de acuerdo, sin embargo, que la mayoría de lo que han visto, oído y experimentado era ininteligible para ellos en ese momento.
En justicia con los alumnos directos del fundador, que eran por lo general hombres sin mucho entrenamiento formal, capacitación empresarial, y carencia demostrable de don de gentes, ellos tuvieron éxito en recoger lo suficiente de sus experiencias para desarrollar con éxito sus estilos individuales de entrenamiento y transmisión. Es justo también decir que sí intentaron seguir su propio sentido de crecimiento y desarrollo de las múltiples habilidades requeridas para un instructor exitoso, aunque con diversos grados de éxito.
Los nombres más importantes, como Kisshomaru Doshu, Tohei, Mochizuki, Shioda, Tomiki, Saito, Nishio, y otros que no logro nombrar, estaban todos singularmente calificados para representar su comprensión y aprendizaje del Fundador. No es un secreto que cada uno interpretó y enseñó también de forma única y totalmente diferente uno de otro, su sentido individual del legado del Fundador, y a menudo en abierto contraste y refutación mutua. Esto era previsible, ya que, todos eran humanamente ambiciosos.
En justicias con las sensibilidades de aquellos que dicen ser devotos de los estilos tradicionales de la vieja escuela de transmisión de conocimientos marciales, reconozco que esta es una opción válida para ser considerada por el estudiante serio. Sin embargo, parece arcaico e ineficaz y contraproducente a menudo sumergir a los estudiantes a situaciones arbitrarias de entrenamiento duro y muchas veces perjudicial, en climas sub culturales que requieren el aprendizaje de una lengua especial y los rituales que no se traducen al mundo moderno, al que todos deben regresar eventualmente, para reaclimatizarse y volverlo a abrazar una vez más.
En justicia con aquellos que se sienten con derecho a tratar alegremente la sabiduría antigua, comprobar habilidades de desarrollo y los sistemas establecidos de entrenamiento como opcionales, están ciegamente equivocados. No se puede negociar con éxito el futuro sin una conexión fundamental con el pasado. Es en el presente que tal fusión de sabiduría y conocimiento nuevo puede ocurrir. Es sólo con tener una mente abierta, un corazón humilde, un ego sin restricciones por estrechas y equivocadas agendas, la curiosidad como la de un niño para probar nuevos enfoques con energía ilimitada, que puede asegurar, pero no garantiza, las mejores posibilidades de éxito y logro real.
En justicia también, con los miles y miles que han entrenado, entrenan, y entrenarán en el sistema de aikido que elijan, no hay legítimas plantillas para evaluaciones comparativas de los sistemas actualmente existentes, su eficacia marcial, su procedencia del Fundador. No encuentro evidencia respaldada de cualquier base preexistente de reclamar autenticidad por encima de cualquier otro sistema o estilo. La Fundación Aikikai correctamente, puede afirmar de ser la más consistente en su administración en virtud del «sistema Iemoto», produciendo un linaje ininterrumpido de hombres Ueshiba directamente de O Sensei. Esto no concede, sin embargo, automáticamente a este estilo algún copyright, o cualquier autoridad histórica sobre cualquier otro sistema alegando el ejemplo de la enseñanza de O Sensei como la base para su legitimidad individual. Una vez que alguien finalmente elige un sistema para dedicar toda su atención y energía, no debería tener necesidad de gastar ninguna energía innecesaria y antieconómica para minimizar o criticar a cualquier otro sistema.
Por último, en justicia a mí mismo, me decido tratarme con amabilidad, con paciencia y con conocimiento pleno de lo frágil, quebradizo y plagado de culpa que realmente soy. Voy a aprovechar mis fortalezas y reforzar mis debilidades, aceptando que no tengo por qué ser el mejor que haya existido. Todo lo que tengo que hacer es ser mejor que mi oponente en ese día fatídico. Recuerdo la historia de alguien que con calma ataba sus zapatos en medio de un campo con un toro furioso entre él y su amigo. Cuando se le dijo que no podía esperar poder correr más rápido que el toro, se volvió hacia su amigo y le reveló con tristeza: «Sólo tengo que correr más rápido que tú.»
En nuestros viajes, el entrenamiento con una amplia gama de compañeros, siendo expuestos a situaciones leves o amenazadoras, tenemos que recordar de elegir nuestras batallas sabiamente, y prever las situaciones que deben esperar su turno para otro día, cuando con suerte hayamos alcanzado la preparación. La vida misma no es justa, ni nunca estuvo prevista de serlo. Se nos ha dado opciones, y con sólo el ingenio, las experiencias y las relaciones para asistir y guiarnos. Aún así, es porque tenemos la capacidad de aprender y elegir lo que nos permite competir en nuestros ambientes seleccionados. Esto es, después de todo, sólo justo.
Francis Y Takahashi
Traducción Carina
Fuente: Aikido Academy USA
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