Comunicándose a través del "Go": un juego para la paz

Hoy,nueve de setiembre de 1978,

tuve en la palma de la mano un pequeño disco

de los trescientos sesenta y uno que se requieren

para el juego astrológico del go,

ese otro ajedrez del Oriente.

Es más antiguo que la más antigua escritura

y el tablero es un mapa del universo.

Sus variaciones negras y blancas

agotarán el tiempo.

En él pueden perderse los hombres

como en el amor y en el día.

Hoy nueve de setiembre de 1978,

yo, que soy ignorante de tantas cosas,

sé que ignoro una más,y agradezco a mis númenes

esta revelación de un laberinto

que nunca será mío.

Jorge Luis Borges

Es un juego muy oportuno para esta época, pues incrementa la tolerancia en la sociedad y enseña a aceptar a otros y romper con los estereotipos

«Go (el juego) es como la vida», declara Yasuda Yasutoshi al final de un seminario sobre Go que dio en una escuela para niños talentosos en Israel. Yasutoshi, también conocido como Yasuda Sensei (en japonés, profesor Yasuda), está en el nivel más alto de este juego (9° Dan) y se lo considera como uno de los mejores jugadores del mundo.

Yasutoshi es muy apreciado y famoso por el «método Yasuda», el cual desarrolló con el objetivo de usar el juego como un medio de comunicación e incrementar la tolerancia en la sociedad. El método ha sido adoptado en países occidentales debido a sus buenos resultados.

El juego de Go

Go es el juego de tablero más viejo del mundo, se cree que tiene 4.000 años de antigüedad. Viene de China, donde se lo conoce como weiqi. Se dice que tenía un significado cósmico en la antigua China y, por generaciones, fue una de las cuatro formas de arte que cada hombre cultivado tenía que dominar, junto con la caligrafía, el dibujo y la música.

En el siglo V a.C., el Go fue mencionado por primera vez en las escrituras del libro Zuo Zhuan, el primer libro histórico escrito en China que describe el período de tiempo entre los siglos VII y V a.C.

Desde China, el juego se extendió por toda Asia y adquirió el nombre de «go» cuando llegó a Japón en el siglo séptimo a.C. Antes de ser difundido al público, estuvo primero reservado para la corte real.

En la sociedad china de hoy, todavía se lo considera como un juego reservado para la alta sociedad. En occidente, Go se hizo popular en el siglo 19.

Aún cuando Go es un juego muy antiguo, sus reglas han permanecido inmutables gracias a su simplicidad que lo hace tan hermoso. Antes que los dos jugadores comiencen a jugar, se expresan su aprecio y se agradecen mutuamente.

Entre los solemnes jugadores se encuentra un tablero de madera y a su lado «piedras» negras y blancas. La meta es acorralar las piedras del oponente y conquistar su territorio.

Encuentro de mundos

«Go es un juego muy interesante, pero la razón por la cual empecé a enseñarlo fue para tratar de salvar a los niños», declaró el profesor. «Hace 17 años, leí un artículo acerca de un niño de 13 años que se suicidó después de ser víctima de abuso en la escuela», dijo.

«Quedé sorprendido y me preguntaba cómo un niño podía llegar a tales extremos. Decidí investigar, y después de seis meses, tuve la oportunidad de leer los diarios de niños que cometieron suicidio y casi todos ellos terminaban con las palabras «mamá, papá, lo siento pero ustedes no podrán educarme más».

«Me di cuenta entonces que si un adulto o un amigo hubieran percibido el sufrimiento del niño, él o ella probablemente no habría cometido suicidio», declaró Yasutoshi.

Yasutoshi pensó en una manera de ayudar a los niños a establecer formas de comunicarse con otros. Decidió usar aquello con lo que él estaba más familiarizado: el juego Go.

Yasutoshi explica que aun cuando la comunicación verbal existe, nuestra habilidad para transmitir nuestras ideas a la otra persona es limitada. Un desacuerdo puede aparecer entre las dos partes, dando como resultado falta de comunicación e ira.

«Cuando posicionas una «piedra» en el tablero, recibes la respuesta de la persona que está enfrente. La comunicación entre los humanos es lo más importante; cuando juegas con alguien, él te escucha y tú lo escuchas a él”, dijo Yasutoshi.

Cuando ves a los niños jugar, uno realmente puede ver cómo «escuchar al otro» es esencial para el juego. Si un niño sólo piensa conquistar al otro sin considerar los movimientos de su oponente, con seguridad perderá.

A pesar de la simplicidad del juego, los jugadores dicen que es de suma profundidad. Parece que esta profundidad encuentra su expresión en el dialogo creado entre sus jugadores.

«Para mejorar la comunicación, uno debe aprender a mejorar la forma de expresarse, pero saber escuchar también es muy importante. Uno que escucha se comunica mejor», declara Yasutoshi.

Con el fin de generar tolerancia y terminar con los prejuicios, en su conferencia Yasutoshi habla con los niños acerca de Japón. «Si solo quiero enseñar el juego, no debo explicar nada, únicamente enseñar la técnica”.

«Pero puede ser la primera vez que los niños conocen a alguien de Japón. Es importante que aprendan acerca de la forma de pensar de los japoneses y su sensibilidad».

Por lo tanto, enseñar el juego Go es enseñar a aceptar a otros y romper con los estereotipos. Yasutoshi no enseña sólo en escuelas, sino en hogares de ancianos, hospitales siquiátricos, institutos de personas discapacitadas y otras instituciones.

Yasutoshi también organiza reuniones entre personas mayores y niños. «Es importante que entiendan que las otras personas son diferentes de nosotros. Tal como las caras de las personas, los pensamientos que tienen también son diferentes. Es importante encontrarse con otros. Para eliminar el prejuicio, no hay otra forma. El juego Go es una oportunidad para crear esta comunicación directa, la reunión».

Pérdida y ganancia

A los niños no les gusta perder y no siempre es fácil para ellos tomar la pérdida ligeramente. Al final de la sesión del juego, el profesor declara quiénes son los ganadores y no son aquellos que “ganaron”, sino los que más jugaron.

«La vida no siempre se desenvuelve de la manera que nosotros queremos», declara Yasutoshi. «No a todos les gusta perder, pero es muy importante saber aceptar el haber perdido. Después de perder unas pocas veces, la cara del niño empieza a cambiar. No lo toma tan mal como al comienzo y aun si pierde, está feliz de jugar».

Durante los últimos años, Yasutoshi ha sacrificado su tiempo para promover la paz y la amistad en el mundo por medio de este juego. En muchos países, las asociaciones de este juego están activas y mantienen competiciones y reuniones.

Fuente:lagranepoca.com

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