A los japoneses les gusta hablar del concepto específico del “Do”, que creen que pueden encontrar en casi cada actividad humana. Transforma más allá cualquier actividad elegida en una búsqueda espiritual como fin último.
Es muy dificil capturar y definir el concepto de “Do”. No puede ser determinado conceptualmente, sino al contrario con experiencia física. Lao-tzu y Chiang-tzu persiguieron el origen de todas las cosas del universo y el principio de la unidad. Esto es el”Tao”, o “Do” en japonés.
Esta idea de “Do” indica la unificación de las cosas en oposición y la integración de la variedad. Se acentúa la importancia de unidad en todas las cosas, mientras que todas las cosas están unificadas, lo universal y lo absoluto tiene prioridad sobre todo lo demás.
Para unificar las cosas opuestas es necesario que nos lancemos sobre una forma de pensamiento basado en la dicotomía y el antagonismo en los cuales está basada nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, debemos parar de discriminar entre la belleza y la fealdad, lo grande y lo pequeño, lo fuerte y lo débil, y probar a buscar lo esencial de la otra parte.
Para integrar la variedad, es necesario reconocer elementos comunes dentro de la diversidad. El taoismo apunta a unificar la diversidad y enfatiza el conocimiento de mutuas relaciones dentro del universo.
Lao-tzu dijo: “El estudiar acumula diariamente. La ejecución del Tao reduce diariamente. Esta continua reducción al final alcanzará no hacer nada, y todas las cosas se hacen”. Él dibuja la atención que se presta no a la aparente adquisición de conocimiento, sino a llegar a enterarse de las cosas desde la raíz.
Hemos sido ya limitados por la dicotomía en nuestro pensamiento desde que comenzamos a estudiar Aikido. Somos conscientes de elementos en oposición como nosotros mismos y los demás, uke y tori, fuerte y débil, etc. Nuestra opinión de la práctica se centra sobre todo en nuestro uno mismo, tori y la fuerza. También tendemos a darnos por satisfechos de dominar muchas técnicas. Al principio el estudiante persigue cada técnica individualmente a través del razonamiento, análisis, abstracción, y buscando completar un fin determinado. Como siempre, el practicar largo tiempo, debemos librarnos de esta dicotomía consciente u oposición, y esforzarnos por practicar más naturalmente, concretamente e intuitivamente. Para perseguir esta clase de esfuerzo, creo que lo indicado es buscar el Aikido como un “Do”.
Endo Seishiro, Aikido Saku Dojo-cho (Junio 1998)
Traducción al inglés, Arita Reiko
Traducción al español, Daniel Díaz
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