Aikido y Agricultura

Quizás de pocos es sabido o reconocido que la agricultura era un punto muy importante en la vida de Morihei, el cual ponía en práctica su visión de unión a la Naturaleza sacralizando la tierra y trabajándola a la vez, como si fuera él mismo, es decir, como un acto de misogi. Pocas referencias explícitas, por no decir ninguna, existen al respecto de la agricultura y Morihei, pero por suerte, existe otro magnífico Japonés que ha revolucionado el mundo de la agricultura «natural» devolviéndole su dimensión libertadora y sacralizada. Un libro en especial «La senda natural del cultivo» entrega hojas y hojas de inspiración y aliento en el cual siento unas conexiones muy profundas y en muchos casos con las palabras de Morihei y con la idea de Kannagara. Este hombre se llama Masanobu Fukuoka, y es conocido como «el agricultor del No-Hacer». Personalmente invito a todo aquel que se sienta atraido a hacer una lectura de este magnífico libro y a lanzarse a una práctica agraria en busca de sí mismos y de la dimension sagrada de la naturaleza. Aquí os transcribo un pequeño e inspirador párrafo:
«… Cuando el espíritu humano y la vida humana se mezclan con el orden natural y el Hombre se entrega al servicio de la Naturaleza, vive libremente como parte integrante que es del Mundo Natural, subsistiendo en su munificencia sin tener que recurrir a esfuerzos concienzudamente diseñados. Este tipo de cultivo al cual he bautizado con el nombre de Cultivo Natural Mahayana es el que se realiza cuando el Hombre está unido a la Naturaleza, porque esa es la forma de cultivo que trasciende al tiempo y al espacio y alcanza el cenit de la comprensión y de la sabiduría.
Esta relación entre el Hombre y Naturaleza es como un matrimonio ideal en el que los esposos, reunidos, llevan a cabo una vida perfecta sin pedir nada, dando y recibiendo todo uno del otro. El Cultivo Mahayana es la verdadera encarnación de a vida en sintonía con la Naturaleza. Aquellos hombres que viven una vida así son ermitaños y sabios.»
Fuente:Kohai Mu, Aiki O’Kami

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