Una persona puede estar potencialmente en cualquier lugar, pero nunca puede estar en todas partes. Lo cual plantea la pregunta: «¿Por qué quieres estar en todas partes?» ¿Dónde por fin encuentras que estás? Tal vez es suficiente de estar donde elegiste estar o incluso donde realmente estás ahora, para estar luego plenamente en el momento, centrado y dispuesto a sacar el mejor partido de la oportunidad. Qué impresionante sentirse así, todos los días.
Como Aikidoka, veo cuatro verdades esenciales que reconozco y resuelvo de abrazar incondicionalmente, en cualquier circunstancia, ya sea para la defensa personal, o por el bien del crecimiento personal. En primer lugar, es estar presente. En segundo lugar, de ser consciente. Entonces, debo ser genuino. Por último, debo permanecer libre de accesorios o expectativas.
¿Qué significa estar «presente»? Para mí, significa de aparecer completamente preparado para la tarea en cuestión. Llevar sólo las herramientas, talentos y el entrenamiento para el momento presente, dejar todos los otros factores externos, teniendo sólo lo que necesito para lograr mi propósito de aparecer en primer lugar. Debo recordar de no llevar un cuchillo a un tiroteo, por así decirlo, y tener conmigo sólo lo que realmente necesito tener, y dispuesto a utilizarlo todo.
Ser «consciente» significa soltar todos mis sentidos, para atrapar cualquiera y todas las pistas y las señales ocultas que existen. Debo condicionarme a escuchar con atención, sondear y cuestionarme incesantemente, tanto sobre los peligros reales a los que me enfrento, y las oportunidades reales que me están dando en ese momento.
Ser «auténtico» significa sólo tratar con lo que es verdadero y cuantificable. Sólo debo decir la verdad, actuar con integridad, y aceptar sólo lo que percibo como probado y pertinente a la tarea en cuestión. Por mi comportamiento transparente, otros reconocerán mis intenciones, honrarán mi propósito, y me ayudarán en mi causa, si así lo desean.
Finalmente, ser «libre», significa permanecer sin trabas por sentimientos de apego a las nociones, relaciones y sobre todo a causas no mías. Significa permanecer sin trabas por el peso muerto de las expectativas de algún tipo, permanecer alejado de las falsas nociones de los derechos a la gloria, las alianzas nobles o los afectuosos deseos de otros. Debo permanecer desapegado a los resultados de las acciones que pueda tomar, no afectado por las decisiones que tomo, y continuar con una visión clara y sin nubes que sólo yo puedo ver.
En mi estudio lamentablemente inadecuado sobre los grandes visionarios de la historia, sin embargo he llegado a reconocer que cada uno de ellos ejemplifica las cualidades del credo señalado anteriormente en su propia manera única. Las circunstancias varían, efectivamente, en cada caso, sin embargo, la existencia de ciertas características invaluables marcó toda la diferencia. De las cuatro características, ser genuino se destaca en mi mente, porque la Integridad en todas las cosas es un anatema para el pensamiento, comportamiento y la política engañosa.
En mi opinión, realmente no hay otra explicación en cuanto a cómo O Sensei fue capaz de lograr tanto en un escaso y corto tiempo de vida. Con su feroz singularidad de propósito, con un apetito insaciable de conocimiento cada vez mayor y experiencias de primera mano, con su afinidad intransigente sólo por lo que era real y cuantificable, y su férrea determinación de no permitir que nada dificulte su búsqueda, se convirtió en un icono de lo que un hombre puede lograr en una vida. No pudo ser todo, pero sí terminó siendo algo para la eternidad. No es un mal credo a seguir, no es una mala vida que llevar. Y ahora, se puede decir que su ejemplo está en todas partes.
Para el practicante moderno de la tradición de las artes marciales y la aplicación adecuada de los principios probados hace tiempo, la necesidad de realizar habilidades marciales altas es secundaria a la conducta diaria que incorpora y ejemplifica el compromiso incondicional con los principios Aiki. La demostración de estos principios en la vida diaria, sobre todo fuera del dojo, es fundamental para hacer nuestra parte de cumplir con el propósito y el ejemplo del Fundador. Su petición de que todas las naciones se unan en la construcción de un «puente de plata» para que todos puedan cruzarlo y para compartir la paz en armonía mutua es el objetivo de la moderna teoría y la práctica del Aikido.
También es la meta del Aikido moderno encontrar un terreno común para la miríada de estilos de entrenamiento y de expresión del aikido, restar importancia a pequeñas diferencias de aspecto a favor de la unificación de compromiso a los principios. Creo que este objetivo universal se puede lograr mediante la adopción y siguiendo un credo personal, similar al presentado anteriormente, para el individuo, y sus afiliaciones.
Sólo una sugerencia, pero una que intento poner en práctica todos los días en mi entrenamiento y mi comportamiento en general.
Francis Y Takahashi
Traducción Carina
Fuente: Aikido Academy USA
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