Wombats cagan cuadrado

Son unos marsupiales robustos, con un saco a modo de mochila, a la espalda, donde sus crías terminan el desarrollo que empezaron en el útero materno. Tienen poderosas palas dentales, como los de los roedores, y afiladas garras que utilizan para excavar enormes galerías subterráneas donde desarrollan parte de su vida diaria.

De hecho, las galerías que excavan son parte fundamental de su modo de vida: el hecho de que se dediquen a hacer de ‘tuneladoras’ naturales es lo que justifica que su saco esté en la espalda y no en el abdomen, como sucede con los canguros. Es así como tanto ellos como ellas pueden excavar usando garras y dientes sin preocuparse de llenar a las crías de polvo

Gracias a esos túneles logran encontrar alimento, en forma de raíces y semillas… y también hacer frente a depredadores: son expertos en derribar sus propias construcciones para ahogar a sus contrincantes enterrándolos vivos.

Hasta aquí la vida bajo tierra, ahora toca salir a la superficie. Lo hacen fundamentalmente de noche, aunque es posible verles de día si el sol no aprieta demasiado. Es fuera donde deponen y, peculiaridades de la naturaleza, sus heces tienen forma cuadrada. Eso se debe a la presión que ejercen con músculos y huesos alrededor del aparato excretor. Ya que tardan hasta dos semanas en hacer la digestión, algo original tenía que salir de ahí…

A pesar de su apariencia poco ágil -son paticortos y gorditos- pueden correr más rápido que los humanos en caso necesario. Eso, unido a su fuerza en garras y mandíbula, hace que sean un combatiente feroz cuando tienen que defender su territorio, aunque sea a base de mordiscos y arañazos.

Fuente ciencia explora

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