Lo que oculta la escritura

Su expediente no tiene nombre y su familia, sólo sabe de ella lo que se atreve a contarle. En la consulta permanece sin hablar, pero su escritura lo hace por ella, revelando sus temores más ocultos, sus posibles enfermedades y hasta sus tendencias suicidas.Es una paciente de Esperanza Aragón Martínez, especialista en psicopedagogía grafoterapéutica con práctica en México, una profesional capaz de escudriñar la personalidad y problemática basándose únicamente en los trazos hechos sobre un papel.

El contenido de una carta que le es exhibida por la mujer no tiene mayor relevancia, lo que sí llama la atención de la especialista es que escribió de manera irregular en la zona media de algunos renglones.La especialista explica que esto revela inestabilidad emocional y que las abolladuras en algunas letras de su texto son sinónimo de ansiedad. Asimismo, los renglones descendentes en un ángulo mayor de 15 grados son sinónimo de desorganización en la escritura.
Pero lo más preocupante es un aumento en los rasgos angulosos, arpones en la zona inferior del subrayado y óvalos pinchados, lo cual -deduce- significa intento de autoagresión, es decir, suicidio y agresividad hacia la familia, mientras que una presión débil al escribir alerta sobre mala salud.
Los espacios irregulares entre palabras muestran problemas familiares y los espacios entre letras revelan pocas habilidades administrativas; la estrechez del ojal de las letras «e» indica terquedad de la mujer para aceptar su problema y el aumento de la presión en algunos trazos revela cólera.Al emitir los resultados de su análisis, Aragón sugiere a su paciente recurrir a un tratamiento psiquiátrico. «Ahora, esta mujer se encuentra bajo tratamiento farmacológico con antidepresivos y ansiolíticos; además de ser vigilada constantemente por un terapeuta y un médico general», comenta la grafoterapeuta.Los grafólogos pueden descubrir el carácter, el talento, el estado anímico e incluso las aptitudes profesionales de una persona.
Rasgos de personalidad
Para conocer rasgos de una persona a través de la grafología, estos especialistas piden a sus pacientes escribir un texto breve en una hoja de papel y firmarlo.Aunque un análisis grafológico de 45 minutos cuesta entre 300 y 500 pesos (de 27 a 45 dólares), los psicoterapeutas lo consideran económico por lo revelador que resulta, ya que aciertan en 95% de los casos, además de que un diagnóstico psicológico oscila entre cinco mil y seis mil pesos (458 y 550 dólares).»Son signos de alarma para atenderse enseguida, no es para que dentro de un año consultes al terapeuta. Si esto se acentúa, en un año podría ser fatal», argumenta María Elena Partida, quien ha tomado cursos especializados en grafología.Milagros Murguía, psicóloga con práctica en México, asegura que en la grafología no existe nada mágico, sino la revelación de una gran cantidad de datos de una persona.»No hay nada de adivinación en esto; no es ver a futuro, sino diagnosticar, prever y orientar con base en lo que tu letra proyecta», apunta.
La grafología consiste en una prueba gráfica y proyectiva de la personalidad por medio de la escritura, y aunque a todos nos enseñan a escribir igual, todos cambiamos la letra de acuerdo con nuestros intereses y personalidad, por eso nadie escribe de la misma forma, explica.En este tipo de análisis, dice, es importante qué se escribe y, sobre todo, cómo se escribe.»Por ejemplo, si yo escribo con letras grandes, significa que soy una persona que quiero verme, darme a notar, extrovertida; hay otra grafología que es la emocional y consiste en palabras reflejas: si yo escribo el nombre de alguien que me atrae, lo haré con letra más bella que el de alguien que me disgusta», agrega la psicóloga. La escritura de una persona puede cambiar a lo largo de su vida por una cantidad infinita de razones.»Como grafólogos sabemos que la grafología no se equivoca, pero sí quienes la interpretan», dice María Teresa Araiza Hoyos, coordinadora del área básica de la Escuela de Psicología de la Universidad Anáhuac, de México.En la grafología, señala, no hay márgenes de error porque se trata de una ciencia exacta, el problema es que los seres humanos son muy cambiantes; es más, existen personas muy volubles que pueden modificar de un momento a otro su forma de pensar.Araiza aclara que hay circunstancias que motivan a los seres humanos a cambiar constantemente. Existen personas que permanecen impasibles ante las situaciones más extraordinarias, y ellos van a escribir de manera vertical; hay otros que son impulsivos y escribirán completamente cargados a la derecha, mientras que quien se aísla inclinará su escritura a la izquierda.
La letra y el amor El amor es otro tema que puede descubrir la grafología, así como saber en su forma de escribir si una persona está realmente enamorada.»En una pareja, siempre debe haber alguien que escriba hacia la derecha porque eso va a darle a una relación el ingrediente del acercamiento. Una persona, por retraída o fría que sea, necesita que la otra se acerque a ella», indica Aragón.
Según los expertos, en esta área todas las partes bajas de cualquier letra tienen que ver con la sexualidad y el materialismo.Aragón detalla que cuando las personas piensan en Dios dicen que «está en el Cielo», y cuando lo hacen en el diablo consideran que «está abajo, en el infierno»; de ahí que los placeres ideales sean hacia arriba y los placeres físicos hacia abajo.
«Si hay una gran propensión a todo lo que es físico y sexual, la letra va a ser más hacia abajo, cuando la tendencia sea hacia lo espiritual, los rasgos de las letras serán hacia arriba», explica.
Una de las letras más reveladoras de la personalidad es la «g», porque en la parte superior de ella se puede ver el romanticismo y en la inferior la sexualidad. Mientras más grande sea la parte de abajo de esta letra, la persona será más sexual, y mientras más pequeña sea la parte de arriba,será menos romántica.»Lo ideal es que haya un equilibrio entre el amor y el sexo, ambos se deben complementar», resalta Partida.
Fuente:LaFlecha.net

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