La magia de los tambores más famosos de Japón en el Auditorio leonés

Un grupo de entusiastas de la percusión tradicional japonesa se empeñó en rescatar aquellos ritmos potentes e hipnóticos para insertarlo en coreografía actuales y todo ello sin perder su fuerza sugestiva y su antigua misión de hacer vibrar cada fibra del oyente o del espectador. Ese proyecto se convirtió en uno de los espectáculos llegados del país del sol naciente que más éxito ha tenido en el último año.
«Cuerpos atléticos, percusión explosiva y ritual eterno, eso es TAO», explican desde la productora Ópera 2001. «Tras su éxito en la edición del año 2004 del Festival de Edimburgo, estos percusionistas dejaron de ser un secreto. Las entradas agotadas en todos sus espectáculos, los más de un millón de espectadores que lo han visto y las críticas excelentes vertidas sobre el espectáculo hablan por sí solas».Porque hay que ser todo un atleta para tocar uno de estos instrumentos: «Los tambores wadaiko tienen un diámetro de hasta 1,7 metros y los más grandes pesan más de 400 kilos. Se necesita una precisión extraordinaria, además de una gran energía y vigor para manipular estos gigantescos timbales: «Exigen no solamente ritmo sino sobre todo un compromiso físico total», informan, asegurando también que el sonido que estos artistas invocan «penetra directamente en el corazón del oyente» por medio del contundente sonido de los wadaiko. Su actuación es, pues, una «mezcla de ritmo meditativo, una dinámica guerra musical y una coreografía meticulosamente sincronizada», aseguran. Originaria de China y Corea, la percusión tradicional japonesa taiko (también conocida como wadaiko), es síntesis de «ritmo, poder y alma». En tiempos antiguos, el taiko era el acompañamiento imprescindible tanto de las batallas como de las fiestas. El ritmo canalizaba toda la fuerza del duro trabajo y suplicaba a los dioses «con una voz atronadora». Fue a principios de los años setenta cuando un pequeño grupo de jóvenes de la isla de Sado inició el renacimiento del wadaiko. Su meta era «recobrar el interés de la gente por la música tradicional japonesa» y a partir de entonces no sólo el sonido del tambor, también el de las flautas de bambú, los shamisens (otro instrumento de percusión) y los platillos han sido embajadores de Japón por los cinco continentes, y en el propio Japón el numero de grupos de taiko es casi incontable. Algunos conservan las piezas y los ritmos tradicionales mientras que otros están abiertos a las influencias de Occidente e incluso emplean teclados electrónicos.
Según Ópera 2001, a lo largo de su historia, Japón nos ha presentado «muchos tesoros culturales y espirituales, y uno de ellos es el wadaiko». En concreto, las actuaciones del grupo TAO «engrandecen la imagen que la palabra wadaiko evoca en la gente, tanto en Japón como en el extranjero».
Y es que más que intentar dar a conocer el arte tradicional japonés, TAO tiene como objetivo principal la produccción de un «espectáculo moderno». Desde su nacimiento como grupo hace trece años, ha trabajado para crear una nueva representación, inédita anteriormente en el mundo del wadaiko.
El nombre TAO, escrito con una sola letra china, significa modo o camino. Y así, el grupo ha llegado a explorar valientemente nuevas sendas. Por ello, el futuro del wadaiko está ahora más abierto y es más interesante que nunca. TAO ha creado incluso un santuario para este estilo musical, en plena montaña, con el fin de que todo aquel que lo visite, sin tener en cuenta edad, sexo o raza, «se identifique con el lenguaje universal de la música»
Fuente:Diario de León.es
Video de Tao aqui

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