Hay quienes dicen «no te enojes, te va a hacer daño», pero los resultados de un nuevo estudio afirman que un poquito de coraje de vez en cuando no es tan malo.
Sí, enojarse ocasionalmente es bueno para la salud mental, pero si eres un gruñón que al leer esto esbozó una sonrisa y sintió justificados todos sus arrebatos, detente un momento antes de alegrarte tanto. Los autores de este mismo estudio hacen hincapié en el hecho de que quienes se enojan continuamente pueden experimentar efectos negativos en su salud.
Investigadores de la Universidad de Valencia realizaron un experimento entre 30 hombres. La prueba consistió en provocarles enojo y medir su ritmo cardiaco, presión sanguínea, niveles de las hormonas del estrés -testosterona y cortisol-, y realizar un escaneo cerebral.
Los resultados mostraron que el enojo estimuló el hemisferio izquierdo del cerebro, que está involucrado en la experimentación de emociones positivas, contrario al hemisferio derecho, que tiene relación con las emociones negativas.
La parte izquierda frontal del cerebro también genera una sensación de ‘cercanía’ o ‘proximidad’, lo que incrementa la felicidad. De forma opuesta, el lóbulo derecho provoca miedo y tristeza, demostrando que el enojo puede modificar positivamente la manera en la que uno ve las cosas.
De cualquier manera, los investigadores señalan que hacer corajes regularmente tiene efectos negativos en la salud mental, ya que incrementar permanentemente los niveles de las hormonas del estrés puede ser perjudicial para el cuerpo.
Un gesto de molestia o una mala palabra de vez en cuando no te vendrán mal, pero vociferar y patalear a diario cuando algo no te caiga en gracia te hará mucho mal. Como dice el viejo y conocido refrán, «ni tanto que queme al Santo, ni tanto que no lo alumbre».
Fuente:salud.aol.com
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