El ser vivo más viejo de Europa cambia de sexo

Dicen que el amor no conoce edad. Que siempre es momento para salir del armario y reconocer nuestra sexualidad oculta. Pero hay un ser vivo que ha esperado más que ningún otro para dar tan importante paso. Es un tejo (Taxus baccatta), una rara conífera de la que apenas quedan bosques naturales en Europa.

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Tan viejo, tan viejísimo, que le calculan entre 2.000 y 5.000 años de edad. Tan legendario que, se supone, bajo su sombra ya entonces frondosa nació el terrible Poncio Pilato; aquel prefecto romano responsable del suplicio y condena a muerte de Jesús de Nazaret. Y no, este árbol no crece en Judea. Lo hace en Escocia, junto a la iglesia del pequeño pueblo de Fortingall, allí donde las Tierras Altas saben a whisky y huelen a turba.

Hay tejos machos, productores de polen con el que fecundar a los tejos hembras, las únicas con capacidad para generar en otoño rojas y dulces bayas.

El gran tejo escocés era macho, muy macho. Así lo ha sido durante miles de años y lo era al menos desde 1769, cuando los primeros y asombrados naturalistas se acercaron a estudiarlo.

Pero de repente ha cambiado de sexo. Una de sus ramas es ahora hembra mientras el resto de ellas se mantienen de momento masculinas.

Los expertos del jardín botánico de Edimburgo no se lo podían creer cuando en noviembre descubrieron tan sorprendente cambio, aunque no es el primer caso. El año pasado asistí en Poblet (Tarragona) a un congreso internacional dedicado a la especie y allí conocí a una investigadora napolitana especializada en estudiar estos sorprendentes casos de transexualismo. En Italia hay bosquetes enteros modificando su identidad, quizá influenciados por el cambio climático. Uno de esos extraordinarios misterios de la naturaleza.

¿Por qué un árbol milenario, el ser vivo más viejo de Europa, decide en el final de su vida convertirse de repente en hermafrodita, tener a la vez ramas macho y ramas hembra?

No lo sabemos. Pero yo, amigo de buscar mensajes en la Naturaleza, creo entender el mensaje: el futuro es femenino. Sólo ellas (vosotras) seréis capaz de salvarnos del desastre masculino en el que hemos enredado al Planeta.

Fuente Blogs 20minutos

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