El ‘contact’ es una variante escénica de una idea política

Los orígenes del ‘contact’ se remontan a los principios de la década de los setenta, cuando en Estados Unidos surge una variante de lenguaje corporal que pronto fue bautizado como ‘Contact Improvisation’. De hecho, esta forma de danza se sustentó ideológicamente en las experiencias sociales de comunitarismo e igualitarismo tan en boga durante esa década.
Un grupo de bailarines profesionales liderados por Steve Paxton, comenzó a investigar la cualidad refleja del toque, los impulsos, las caídas, los choques… como elementos de una propuesta que buscaba liberar a la danza de la idea de la rutina. Esta primera experiencia fue llamada Magnesium y marcó el inicio una forma de danza que basa su lenguaje en las ideas del momento, la libertad y la proximidad de los cuerpos sobre el escenario.
Tanto su creador Steve Paxton como los primeros ‘contacters’ llegaron de la danza contemporánea, pero durante el desarrollo de las ideas y formas de su propuesta fueron tomando elementos y sustentos teóricos de disciplinas ancestrales como el tai chi chuan y el aikido. Con ellas los bailarines buscaron concentrarse en la percepción interna del movimiento y en el contacto con el otro.
Los cuerpos crean contacto
¿Cómo se relacionan los cuerpos mientras sucede la danza de contacto?
Eckhard Muller (EM): Es una manera muy física de relacionarse. Nos tocamos uno a otro, los cuerpos se tocan, reciben el peso mutuo, la presión, la dirección del movimiento, la intención…
Daniela Schwartz (DS): La relación entre los cuerpos depende de cada momento y persona. A veces la danza es muy liviana, energética, desde la piel. Otras veces, es más activa desde los músculos y los huesos, donde la fuerza de gravedad juega. En este diálogo, uno se convierte en soporte del peso del otro y los pesos se mueven.
¿Y cómo es el diálogo entre los dos, que son esposos, cada uno de diferente cultura?
DS: Hace ocho años nos conocimos en un encuentro de maestros de ‘contact’. Nos enamoramos, estamos casados, vivimos juntos. Para nosotros, no hay una separación entre la danza que hacemos y nuestra forma de vivir. El tener información de dos personas diferentes nos ayuda a encontrar el camino y a aceptar las diferencias.
¿De qué manera se aprovecha la inmersión en la sabiduría del cuerpo?
DS: Lo que nosotros enseñamos no son cosas que vienen desde afuera, sino que el cuerpo ya conoce, que son innatos, pero que hay que dejarlos reaparecer.
¿Quiénes pueden hacer ‘contact’ improvisación?
DS: Cualquier persona, no hace falta tener habilidades específicas, solo el deseo de explorar.
¿Qué tan posible es trabajar cien por ciento con la improvisación en la danza?
EM: Se trata de dejar libres las ideas, las formas o las cosas que ya se conocen para estar en el momento presente y crear a partir de eso. Si se logra, se puede crear desde este punto, sin estar preparado de antemano. Lograr esto es difícil, todos estamos habituados a usar materiales preparados.
DS: Se cree que improvisar es muy fácil, que es moverse como quieres y ya está. Pero se necesita de mucha preparación para permitirse esa pregunta constante y ese camino que nadie sabe hacia dónde va. Poder tomar lo que hay en el momento y trabajar con eso o solo desecharlo.
¿Cómo se relaciona el movimiento con el espacio?
EM: En los ensayos no usamos el espacio como una forma de composición, porque no trabajamos con la idea de una coreografía específica. Usamos mucho el piso. El espacio tridimensional es abierto y lo usamos libremente.
DS: Es como si trabajáramos para habitar el cuerpo y nuestra esfera quinésica. En los 360 grados, las formas del cuerpo te llevan al uso del espacio en todas las direcciones, incluso sobre el cuerpo del otro. Ese recordar la extensión de los miembros ayuda al cuerpo a hacerse más liviano.
¿Pueden estar más de dos personas en esa danza?
EM: Sí, pero es muy difícil. Pueden estar hasta cinco personas.
¿En la improvisación hay un diálogo con el público?
DS: Si hay un performance hay una conexión con el público, porque está ahí, te brinda su energía, sus ojos y te abre el espacio hacia donde está. Eso se logra también en las conferencias danzadas, porque es una manera de hacer la danza más accesible al público.
¿Qué relación existe entre el ‘contact’ improvisación y danzas como la capoeira?
EM: El ‘contact’ ha sido influenciado por otras prácticas de baile y de artes marciales como el aikido y la capoeira. Algunas personas también hacen tango y mezclan estos conceptos. Es muy abierto.
¿Se podría decir que este tipo de danza es una evolución de la contemporánea?
DS: Creo que el ‘contact’ propuso a la danza contemporánea un nuevo camino y ella lo usó a su manera. Cuando voy al teatro y veo en una coreografía cómo los elementos del ‘contact’ han sido puestos en ese marco, en ese tiempo y de cierta forma, entiendo que eso ha salido del ‘contact’ pero no lo es.
Hoja de vida. Eckhard Muller
Su vida. Nació en Alemania y está radicado en Estrasburgo, Francia.
Su trayectoria. Muller se dedica a la danza desde 1988. Actualmente enseña en el teatro Pole Sud, en Francia.
Sus presentaciones. Ha sido invitado a festivales en Moscú, Israel, Ucrania, Hungría…
Hoja de vida. Daniela Schwartz
Su vida. Argentina radicada en Estrasburgo, Francia. Es profesora y artista plástica.
En lo profesional. Está involucrada en la enseñanza y performance de improvisación de contacto desde 1998.
Sus influencias. Nancy Stara Smith, Julyen Hamilton, Danny Lepkoff inspiran su trabajo.
Fuente:ElComercio.com

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