Calendario de Adviento

Con sus ventanitas y puertas, inspiradoras ilustraciones e inesperadas sorpresas, el calendario de Adviento es una de las tradiciones más joviales de la temporada navideña que apenas comienza.
Tradicionalmente, el calendario de Adviento se trata de una tabla de cartón, o una cartulina que muestra una imagen de gran tamaño, compuesta por 25 pequeñas ventanas enumeradas, las cuales representan los 24 días anteriores a la Navidad, desde el 1 de diciembre hasta el 24.
La imagen del calendario suele ser la escena de Natividad en la que se encuentra la Virgen Maria y José con el recién nacido Niño Jesús en el pesebre, o alguna otra escena navideña, los más elaborados muestran una ilustración distinta dentro de cada ventanita.
La idea es que cada día se abre cada una de estas ventanitas, revelando algún pensamiento para la reflexión o alguna cita bíblica, lo cual representa para los cristianos, una oportunidad para la preparación espiritual ante el advenimiento de la Navidad.
La utilización de un calendario de Adviento es una costumbre muy popular en este país, y surge precisamente de la festividad del mismo nombre. Como muchas de las tradiciones navideñas adoptadas por los estadounidenses, la tradición de contar los días hasta la llegada de la Navidad utilizando un calendario proviene de Alemania.
Los inicios de esta tradición pueden descubrirse desde el siglo XIX, cuando familias que habitaban en áreas protestantes de Alemania, trazaban una línea con tiza en la pared o en la puerta de sus casas por cada día que transcurría hasta la llegada de la Navidad durante el mes de diciembre. Otros dibujaban imágenes de la Natividad o escribían algún pasaje o mensaje bíblico en sus ventanas, o bien encendían una vela cada noche durante 24 días para recordar a los demás la solemnidad de la temporada.
Sin embargo, el primer Adventskalender como tal data del año 1851. Luego, los primeros calendarios impresos fueron producidos por un artesano de nombre Gerhard Lang, quien los llamó simplemente «Calendarios de Navidad» o «Calendarios de Navidad en Munich».
Según relataba el mismo Lang, cuando niño, su madre solía atar un caramelo a cada día del mes de diciembre en el calendario de su casa, de manera que el pequeño Lang pudiese despegar uno de ellos cada día y así aplacar su impaciencia por la llegada de la Navidad.
Es por esto que a él se le atribuye la idea de añadir pequeñas puertas o ventanas al calendario para ser abiertas, detrás de las cuales los niños podían encontrar algún caramelo, alguna imagen navideña o alguna frase bíblica.
Por dos décadas, Lang se dedicó a la producción de estos calendarios, cuya popularidad fue creciendo más y más entre las familias cristianas europeas con el paso del tiempo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la fabricación de estos objetos se detuvo debido a la escasez de material y a la prohibición de imprimir calendarios con imágenes. Después del fin de la guerra, Richard Sellmer reanudó su producción, y la popularidad de los mismos se extendió mas allá de las fronteras europeas, llegando a Norteamérica, y algunas partes de Latinoamérica.
En algún momento, la Iglesia Católica también adoptó esta tradición, haciendo sus propias modificaciones de acuerdo a su doctrina de fe.
Es así como a diferencia de la tradición cristiana protestante, la cual utiliza el calendario de Adviento durante las cuatro semanas previas a la Navidad, la Iglesia Católica lo utiliza durante el tiempo de Adviento, marcado por «el tiempo litúrgico (que) comienza en el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre), y abarca cuatro domingos».
Por tanto, un calendario de Adviento católico del presente año marca el inicio de la temporada el 27 de noviembre, y su culminación el 24 de diciembre.
Hoy en día, existen numerosos tipos y variaciones de calendarios de Adviento. Ya no son sólo simples calendarios de cartón, pues existen muchos otros elaborados con madera, tela u otros materiales más resistentes y duraderos. Los hay en forma de pequeñas cajas, con diminutos cajones y puertas, decorados con detalladas ilustraciones religiosas, o a manera de manteles, con pequeños sobres que al abrirse dejan al descubierto pequeñas sorpresas, las cuales pueden ser desde un caramelo o un chocolate, hasta un pequeño juguete de madera u otro regalo.
Además, los calendarios modernos no solo incluyen imágenes religiosas, también pueden mostrar divertidas imágenes navideñas, aunque seculares, como lo puede ser Papá Noel o algún popular muñequito animado.
Sea como sea, el calendario de Adviento es una entretenida tradición que definitivamente refleja el júbilo y originalidad que caracteriza la Navidad.
Por Verónica Martinez
Fuente:lapalmainteractivo.com

A partir de hoy hasta el 24 cada día habrá una figura decorativa alusiva a estas Fiestas tan entrañables para que puedan picar en ella (como si abrieran la ventanita del calendario)


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