Soledad, una perspectiva Aiki

Por qué entrenamos, con quien entrenamos, y las circunstancias bajo las cuales entrenamos, deben seguir siendo siempre nuestra decisión personal y un derecho inalienable a preservar. La más fiel de las perspectivas sólo se puede lograr a partir de un punto de vista definido estrictamente personal, uno que sigue siendo independiente de las influencias exteriores, e impermeable a agendas extrañas concebidas. Nuestro derecho a elegir los elementos de nuestra forma de arte debe ser protegido de nociones inexactas de autoridad preventiva por otros, así como el hábito tonto de muchos de nosotros de renunciar sin pensar a este derecho a favor de los demás. Para hacer esto correctamente, tenemos que volver a centrarnos en nuestra búsqueda interna de nosotros mismos, y aprender todo sobre como realmente pensamos, sentimos y nos comportamos de momento a momento. Para ello, debemos construir un tiempo de calidad para nosotros mismos regularmente. Necesitamos cultivar el recurso de la soledad.

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Es muy fácil capitular nuestra soberanía dada por Dios hacia otras personas que puedan parecer superiores, decididamente más eficientes, y muy experimentadas en guiar una búsqueda exitosa de crecimiento personal y de excelencia. Es muy seductor seleccionar un sistema de probabilidades, elegir a una persona carismática y sumamente capaz  a la que dar nuestra lealtad incondicional y dedicación. Todos el «trabajo pesado» parece hecho, invitándonos a recibir simplemente, sin duda ni discusión, todo lo que se ha trazado para nosotros.

La pregunta que debemos hacernos, y en última instancia responder es, cuánto en realidad contribuimos a la creación de nuestro camino, y que aporte de sabiduría y conocimiento personal incorporamos a la experiencia adquirida y las enseñanzas recibidas? En el análisis final, que cantidad de resultado verdadero logramos por nuestros propios méritos y adquirimos debido a nuestra propia visión y trabajo? Se nos permite tomar plena posesión de nuestros logros?

La mente del guerrero de la verdad siempre debe permanecer sin restricciones de dudas internas por resolver. También debe permanecer constantemente independiente de influencias bien intencionadas pero esencialmente extrañas de fuera. En última instancia, nadie puede saber o comprender verdaderamente nuestro actitudes complejas y cambiantes, nuestros más profundos pensamientos y nuestros sentimientos más profundos mejor que nosotros mismos. Renunciar unilateralmente a ellos, nuestro más valioso de los activos, es una herejía a nuestro más profundo compromiso con la excelencia personal. Se trata de una negación intolerable del Mandato universal que nos ha creado en primer lugar, y la razón por la que existimos en este mundo. Nunca fue la nuestra  desechar, compartir o rechazar. Debemos encontrar el coraje y la visión interna de imaginarnos continuamente en el camino del auto-descubrimiento, y de rechazar cualquier intrusión o interferencia desde el exterior, independientemente de las buenas intenciones de fervor compasivo. Y dónde vamos a encontrar un manantial de verdadera sabiduría, apoyo auténtico de nuestros sueños? Dentro de nosotros mismos. El portal a través del cual podemos acceder a esta generosidad de las riquezas del cuerpo, la mente y el alma, es el regalo a si mismo de la soledad. Está y siempre ha estado disponible para nosotros para consultar, utilizar y  anclar nuestras direcciones y parámetros de movimiento hacia nuestras metas. Es la «isla segura» de la que, y a la que podemos volver para la recuperación, relajación, renovación de nuestro espíritu, y la revitalización necesaria para la próxima tarea en nuestra agenda de logros.

Al tener «tiempo libre» de calidad, realmente podemos centrarnos en lo que es más importante para nosotros, reevaluar nuestros recursos y nuestras deficiencias, examinar nuestras mejores opciones y elegir el momento más oportuno para actuar. Nunca necesitamos sentirnos «presionados», obligados en contra de nuestra conciencia, o sentirnos obligados a elegir una acción o falta de acción, basados en otra que no sea nuestra decision tomada del derecho primario a elegir. En nuestra propia «Fortaleza de la Soledad», podemos llega a ser verdaderos «superhombres» o «supermujeres», podemos sentirnos seguros y protegidos. Es la fuente principal de la seguridad personal que nos puede dar la motivación, la confianza y la visión construida adecuadamente para lograr nuestros objetivos, construir nuevos, y construir nuestro propio destino, como estamos destinados. Es el momento de aprovechar al máximo este recurso incomparable de la Soledad, sobre una base diaria, y
para fusionarnos con el proceso creativo Universal.

Francis Y Takahashi
Traducción Carina

Fuente Aikido Academy USA

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