Los Mojones

En nuestras caminatas, a veces no se ve ningún camino claro en el hermoso paisaje que la naturaleza tan abundantemente proporciona a quien desea explorarla y para guiarnos, las personas que han pasado antes que uno por el sitio dejan una señal en forma de montículos de piedras, los mojones.
Carina

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A lo largo del Círculo Polar Ártico en territorio canadiense, se encuentra una sucesión de figuras esculturales llamadas Inukshuk. Se trata de misteriosas figuras realizadas con piedras sin pulir y constituyen verdaderos monumentos para el pueblo Inuit, que les confieren un gran significado en aquellas tremendas tierras heladas: sirven para orientar y proteger al viajero que pase por alli.
El significado tradicional de la palabra inukshuk puede ser tanto “alguien ha estado aquí” como “vas por buen camino”. En cualquiera de los dos casos, llegados al punto de encontrarnos con uno de estos monumentos en la soledad ártica, lo veremos como un buen augurio.
Un inukshuk que represente la figura humana se denomina Inunnguaq.

En Italia, especialmente en los Alpes italianos, un cairn de este tipo es una ometto, u «hombrecito».

Un ovoo, en mongol “montón”, es un tipo de montículo chamán por lo general hecha de piedras o de madera. Se encuentran a menudo en la parte superior de las montañas y en los lugares altos. Sirven principalmente como lugares de culto a las montañas y al cielo y en ceremonias budistas, pero también son puntos de referencia.
Es costumbre rodear a los Ovoo tres veces hacia la derecha con el fin de tener un viaje más seguro, además se recoge una piedra del suelo y se añade a la pila. Además, uno puede dejar ofrendas en forma de dulces, dinero, leche, o vodka. Si no hay tiempo para detenerse en un ovoo, tocando la bocina al pasar será suficiente.
El ovoo más conocido es el Eej Khad, traducido literalmente como «roca madre», y es un peregrinaje sagrado para los budistas, un lugar de redención de ofrenda espiritual y buena fortuna. Khad Eej, en forma femenina, incorpora el simbolismo de la benevolencia y el cuidado de una madre. Los fieles colocan una rama de un árbol o un palo en la ovoo para convocar al espíritu Tengri, y una corbata azul “khadag”, una especie de pañuelo de seda ceremonial que simboliza el cielo abierto, el Tengger.

Un cairn (carn en irlandés, carnedd en galés, càrn en gaélico escocés) se encuentra normalmente en tierras altas, en páramos, en cumbres de montañas o cerca de cursos de agua.
Varían desde pequeños montones de piedras sueltas hasta elaboradas obras de ingeniería. En Escocia, es tradicional llevar una piedra desde el pie de la colina para colocarla en el cairn. De esta forma, los cairns se hacen cada vez más grandes. Una vieja bendición gaélica escocesa dice «Cuiridh mi clach air do chàrn», es decir, ‘voy a poner una piedra en tu cairn’.

Los cairns se utilizan en todo América Latina para marcar senderos, así como lugares de culto, y se conocen como pachamama, apacheta o apachita en su honor. Se encuentran comúnmente en el noroeste argentino y en Perú y Bolivia, sobre todo en la zona andina. En este último país son preferentemente de color blanco. Ante la apacheta los indios dejan sus ofrendas y piden que se aparten las desgracias (chiknis) de su camino y salud para seguir viaje. «Mandó Topa Inga Yupanqui que los yndios de tierra caliente o los yndios de la cierra fuesen a lo callente, llegasen al apachita [adoratrorio]. En ello adorasen al Pacha Camac [creador del universo] y por señal amontonasen piedra; cada qual llevase una piedra y lo echasen en ella y por señal dexasen flores o paxa torcido a lo esquierdo. Hasta oy lo hazen los yndios deste rreyno este uicio de apachita.»
Felipe Guamán Poma de Ayala (1613):236.

Los milladoiros, en Galicia, son montones de piedras colocados al pie de algunos caminos o cruces de caminos. En muchos lugares existía la tradición de que cuando un caminante pasaba por un determinado lugar, debía arrojar una piedra más al montón, de modo que con el paso de los siglos, algunos milladoiros son de una altura considerable, y formados por miles y miles de piedras. Lo normal es que los milladoiros estén coronados con algún tipo de cruz y están ligada a la historia y a la cultura de Galicia gracias a la pregrinación llamada «Camino de Santiago». Se cree, entre otras cosas, que los peregrinos depositaban una pequeña piedra, traída desde su tierra de origen, para que fuera testigo de su peregrinación el día en que «las piedras hablen», es decir, en el juicio final.

Fuente Una antropola en la luna

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