La importancia en mantenerlo simple, revisado

Los principios Aiki, especialmente los que se refieren directamente al desarrollo del Aikido de su fundador, en realidad están destinados a ser bastante simples, resonar perfectamente con las verdades establecidas, e invitar a una auténtica y razonada discusión entre aquellos que participan con respeto. Me parece que esta cualidad fundamental es consistente y generalizada dentro de la existencia histórica de grandes filosofías y sistemas de pensamiento universalmente aceptados.

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La simplicidad puede actuar elegantemente como clave que facilita la gran cantidad de invenciones producidas por los seres humanos durante su tiempo e influencia. La obsesión miope expansiva con importancia marcial como un requisito previo primordial para el budo moderno, parece demasiado lenta a todos e inadecuada para muchos. Tal vez esta perspectiva estrecha puede atribuirse a la proliferación de programas de artes marciales mixtas, estudios, y los llamados reality shows. Incluso puede ser atribuible a una alarmante disminución de confianza en la forma en que las artes marciales modernas son promovidas y practicadas hoy en día, y no sólo en Aikido.

La tendencia creciente a descuidar las opciones viables de expresión para explorar, revelar y ampliar muchos otros tesoros únicos del Aiki parece casi una epidemia. Puede parecer que los fieles alumnos de los valores tradicionales tienen que valerse por sí mismos cuando se trata de la exploración de contenido filosófico, la conducta socialmente responsable y énfasis en la responsabilidad y la integridad individual.

Nos estamos volviendo más descorteses, menos tolerantes con las opiniones de los demás y simplemente estamos perdiendo la capacidad de tratar a los demás con un mínimo de respeto? Somos culpables de tomarnos demasiado en serio y nuestra búsqueda de la verdadera expresión de los principios Aiki no lo suficientemente en serio? Cómo permiten nuestros líderes que esto suceda? Hemos encontrado estas elegantes verdades más difíciles de asimilar, de digerir adecuadamente y permanecerle fieles?

El amor es realmente de alto mantenimiento y nuestro amor profesado a los principios Aiki requiere un esfuerzo extraordinario para mantenerlo y protegerlo. Tal vez estamos siendo demasiado sofisticados en nuestro afán de definir y promover los beneficios del Aiki y del Aikido. Puede incluso llegar a ser oportuno la exploración para hacer las cosas más simples, para redefinir qué, cómo y por qué hemos incorporado estos principios y el entrenamiento genuino del Aikido, en nuestra rutina diaria.

Puede ser cierto que existan diferencias fundamentales de opiniones en cuanto a lo que esos principios son en realidad, y en cuanto a la mejor manera de aplicarlos debidamente a diario. La pregunta bien podría ser, cuándo vamos individual y colectivamente a encontrar un terreno común en la definición de cuáles son los valores de Aikido hoy en día. Esto supone que no debería haber una definición comúnmente aceptada y el entendimiento universal estándar de lo que el Aikido es para todos. Nada podría estar más lejos de la verdad dura que O Sensei trató tan firmemente de expresar. Aiki y la última creación del estudiante de su Aikido, debe ser una declaración personal y no una afirmación de una creencia generalizada.

No podemos darnos el lujo de perder el punto central de lo que permite la simplicidad de las verdades Aiki y el entrenamiento de Aikido, para guiar  sobre todo a nuestras necesidades individuales y nuestros estilos de entrenamiento elegidos. Realmente es así de sencillo de contemplar y tan difícil de lograr.

La naturaleza ha demostrado una y otra vez, que la evolución exitosa de la conducta viable y de aquellas formas de vida que sobreviven el caldero de los retos diarios en su derecho a existir, nunca ha sido nuestra para controlar. Nuestro legado humano no es más que un mero contratiempo en el esquema inexorablemente implacable del cambio evolutivo. La urgencia no natural bajo la cual arbitrariamente colocamos nuestras agendas humanas, a diferencia del resto del mundo natural sería cómica si no fuera tan a menudo trágica. Toda invención del hombre, incluida la magnífica contribución del Fundador, debe ser racionalmente evaluada como si hubiera sido autorizada y no impuesta por la fuerza a la naturaleza. Recuerdo el comentario humorístico de que «el hombre planifica, Dios se ríe». No es hora de admitir que estamos tomando nuestro sentido de relativa importancia y de nuestros sentidos incrustados de «derechos y expectativas razonables» a un grado absurdo insostenible? Realmente es hora de ser sencillos otra vez.

El aikido es esencialmente una herramienta para ser utilizada con prudencia, o abusada y mal usada con cualquier número de consecuencias indeseadas o imprevistas. El Aikido del fundador no es un «trato hecho», una «plantilla independiente» para asumir e imponer al resto del mundo de las artes marciales y a la sociedad en cualquier posición primaria de honor o autoridad. El fundador advirtió contra la trampa de la arrogancia humana y la complacencia ingenua. Él nos advirtió de confiar nuestro futuro a un rigurosamente honesto y sinceramente centrado entrenamiento diario. Debemos permanecer hambrientos, insaciablemente curiosos y centrados sin concesiones en el desarrollo individual y el crecimiento como artistas marciales, y como seres humanos. Los mentores y héroes que podemos elegir para guiarnos, también deben estar sujetos al mismo escrutinio cuidadoso, basado en los más altos estándares de integridad de la conducta, la sinceridad de propósito, y la humildad duramente ganada.

Los fundamentos del Aikido del Fundador y los del Aikido que personalmente podemos optar por redefinir y desarrollar sobre una base diaria, deben permanecer sin complicaciones, fáciles de comprender y fáciles de implementar. Estamos dispuestos a reconocer que el camino real es difícil y exigente. Por qué deberíamos elegir también que sea imposible de llevar a cabo, haciéndolo  innecesariamente complicado y también enrevesado. El fallecido Doshu nos recordaba coninuamente que todas las verdades eventualmente resultarán evidentes a partir del entrenamiento diario y a partir de la evaluación honesta sin compromiso que nos damos a nosotros mismos. Somos y estamos destinados a ser nuestros principales maestros.

Miyamoto Musashi fue acreditado con el dicho, «la lección de hoy es corregir malentendidos de ayer». Quizás resolviendo de mantener las directrices simples, entonces podamos aplicar nuestras limitadas energías para enfrentarnos a nuestros demonios internos, superando la inercia de la autocomplacencia y deshaciendo la parálisis de los temores infundados. Simplemente adhiriéndonos a una disciplina diaria modelada de una forma de pensar, sin dudas maliciosas o interferencias innecesarias, aún podamos cumplir el deseo del fallecido Doshu para nosotros en sobresalir y hacerlo con alegría y gratitud en nuestros corazones.

Francis Y Takahashi
Traducción Carina

Fuente Aikido Academy USA

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