Hacer que cada día cuente – revisada

La cantidad real de días que podemos esperar vivir es, en efecto desconocida. Cuando nacemos, depende mucho de las circunstancias más allá de nuestro control consciente, y naciente comprensión. Esta es una pregunta que ha consumido el pensamiento y la preocupación humanos durante el tiempo que el hombre ha tratado de dar sentido a su existencia. No parece que inminentes respuestas sean reveladas pronto.

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La vida es lo que experimentamos, mientras que vivir es como hacemos lo mejor de esas experiencias , incluidas las «malas» . No todos estamos creados iguales, ni tenemos todos los requisitos para convertirnos en el Presidente de los Estados Unidos. Tales nociones utópicas están muy bien para la exposición en las mentes jóvenes a lo que puede ser posible, pero en algún punto el pragmatismo y el llamado sentido común son lo que se necesita para guiar de forma realista nuestro pensamiento, orientación de meta y el comportamiento social consistentemente responsable.

No somos, nunca estuvimos, ni nunca vamos a tener «el control» sobre nada ni nadie en la vida, incluidos nosotros mismos. Hay simplemente demasiadas variables en juego en nuestras vidas, la mayor parte de los cuales ni siquiera vamos a tener en cuenta. Podemos, sin embargo, estar » al mando » de esos factores en nuestro entorno, y dentro de nuestro ámbito de competencia, que puede hacer una diferencia real en cuan exitosos podemos ser en el esfuerzo por alcanzar metas realistas.

Sin embargo, sí tenemos una medida justa del control y la valoración de lo bien que podemos utilizar y aprovechar al máximo los dones con los que hemos sido bendecidos. Sin embargo, este mismo atributo es el, del que consistentemente no somos capaces de tomar ventaja como especie dominante, una verdadera indicación de lo que significa estar en la «media». Desde luego, no hay que seguir siéndolo, y es nuestra la voluntad de pagar el precio de la investigación, el esfuerzo, y el estudio dedicado y la práctica durante un largo período de tiempo que puede hacernos mejorar de manera significativa
hacia los objetivos reales de progreso que aspiramos.

Entre los puntos fuertes que podemos poseer en un momento dado, está la capacidad de obtener información. Es posible que deseemos comenzar con los recursos a nuestra disposición, desde nuestros padres, nuestros maestros, nuestros mentores y de compañeros probados. A continuación, podemos mirar a los recursos e influencias externas, tales como libros, videos, seminarios, y por el simple hecho de tener la valentía de viajar para la búsqueda de nuevas experiencias que nos enseñen lo que es y lo que no es una buena opción para nosotros. Cuando esta información entonces resulta anacrónica o llega a ser inexacta, es nuestra obligación personal de descartarla o reemplazarla. Incluso podemos elegir empezar totalmente de nuevo en otra dirección que nos muestra una promesa mejor.

Otro punto fuerte que podamos poseer, es la capacidad de tomar decisiones que perduren, afirmando nuestra voluntad y nuestro enfoque en lo que sea más importante para nosotros. Por supuesto, tenemos que ser optimistas sobre nuestras verdaderas capacidades y talentos, incluyendo los entornos en los que individual y colectivamente operamos y funcionamos. A pesar de que tomamos decisiones dudosas y perjudiciales, debemos recordar que todavía conservamos la capacidad de cambiar este tipo de decisiones a favor de  mejores. Al estar resueltos en permanecer fieles a nuestros valores y logros legítimos, podemos entonces hacer que cada día cuente, y ser responsables de todos los resultados que obtengamos. Nuestras experiencias de vida son esencialmente una corriente de acontecimientos conscientes y subconscientes, recuerdos e hitos de entendimiento, que marcan nuestros respectivos viajes desde la cuna hasta la tumba. No hay ninguna limitación en nuestra creatividad.

Por último, por ahora, es nuestro noble propósito de evolucionar continuamente, para aprender de nuestras experiencias, y crecer en nuestra psique, nuestras competencias y nuestra programación interna para convertirnos consistentemente en relevantes. Nunca debemos dudar del Dios interior, que nos soporta a nosotros y a nuestro propósito a diario.

Las opiniones y escuelas de pensamiento ciertamente varían en cuanto a qué, cómo y por qué somos lo que parecemos ser. En el análisis final, le corresponde a cada uno de nosotros tomar la responsabilidad máxima sobre nuestro viaje individual, y al mismo tiempo ser responsables de cada uno de los otros que encontramos en el camino.

Tal vez esta es una buena manera de hacer que cada día cuente.

Francis Y Takahashi
Traducción Carina

Fuente Aikido Academy USA

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