Ueshiba y el adversario por Paulo Coelho

Creado por el japonés Morihei Ueshiba (1883-1969) el Aikido es el único arte marcial que practiqué y, en mi opinión, uno de los más interesantes. A continuación transcribo algunos textos recogidos por sus discípulos durante sus conversaciones:

A) El que tiene un objetivo en la vida se enfrentará con una fuerza opuesta; para eliminar esa fuerza, es necesario aprender a hacerla trabajar en su favor.

B) Un verdadero guerrero jamás sacrifica a sus amigos para derrotar al adversario; por lo tanto tiene que aprender a detectar y resolver los problemas antes de que ellos se manifiesten.

C) La mejor manera de enfrentarse con el adversario es convencerlo de la inutilidad de sus gestos. El guerrero muestra que su objetivo no es destruir nada, sino construir su propia vida. Quien camina en dirección hacia su sueño busca la armonía y la comprensión antes que cualquier otra cosa, y no le importa explicar mil veces lo que desea hasta llegar a ser escuchado y atendido.

D) No te quedes contemplando todo el tiempo los problemas que hay en tu camino, porque terminarán por hipnotizarte, impidiéndote cualquier acción. Tampoco permanezcas excesivamente concentrado en tus propias cualidades, pues fueron hechas para ser usadas y no para ser exhibidas,

E) La fuerza de un hombre no reside en el coraje para atacar, sino en la capacidad para resistir los ataques. Así, pues, prepárate – a través de la meditación, ejercicios y una profunda conciencia de tus propósitos – para aguantar con firmeza y continuar en el camino, aunque todos a tu alrededor procuren alejarte de tu meta.

F) La derrota ocurre antes que la victoria. La clave para ganar es saber perder, pero no desistir.

G) En situaciones extremas, principalmente cuando ya estás cerca de tu objetivo, el Universo pondrá a prueba tus propósitos, exigiéndote el máximo de tu energía. Tienes que estar preparado para afrontar las grandes pruebas, a medida que tu sueño se hace realidad.

H) No contemples tu vida con resentimiento, y prepárate para aceptar todo aquello que los dioses te ofrecieron; cada día trae en sí alegría y furia, dolor y placer, oscuridad y luz, crecimiento y decadencia. Todo forma parte del ciclo de la naturaleza, por lo tanto, no intentes protestar ni luchar contra el orden cósmico. Acéptalo y él te aceptará.

I) Si tu corazón es suficientemente grande, será capaz de acoger a todos aquéllos que se oponen a su destino; y una vez tú los hayas acogido con amor, será capaz de anular la fuerza negativa que sus adversarios traían.

J) Cuando percibas que un adversario se aproxima, adelántate y háblale con palabras delicadas. Si él insiste en su agresividad, no aceptes la lucha a no ser que te ofrezca algo positivo; en este caso, utiliza la fuerza de tu oponente y no gastes tu energía.

K) Conoce el momento correcto de usar cada una de las cuatro cualidades que la naturaleza nos enseña. Según las circunstancias, debes ser duro como un diamante, flexible como una pluma, generoso como el agua o vacío como el aire. Si el origen de tu problema es el fuego, no sirve de nada contraatacar con más fuego, porque eso sólo aumentará el incendio; en este caso, solamente el agua será capaz de combatir el mal. Nunca el problema puede enseñarte cómo reaccionar ante él: sólo tú tienes el poder para eso.

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